No me gusta nada de nada… observar a una España dividida con casi odio permanente y en dos mitades absurdas. Somos imbéciles y lo curioso es que además parece que nos sentimos bien dentro de esa imbecilidad peligrosa y muy violenta que va creciendo en casi silencio.
Divididos incluso entre la elección personal de en qué cadena de televisión ver las Uvas de Fin de Año, insultando a los que las ven en otro medio de comunicación. Los "Unos" y los "Otros" y además absurdamente divididos de forma insultante.
¿No hay nadie con sentido común que sepa que esto, además de ser peligroso y de no llevar a ningún sitio, hay que pararlo con urgencia por el bien de todos?
Esa es la muestra más palpable de que los que gobiernan desde todos los espacios de la política —es decir, desde TODOS aunque no gobiernen—, son seres a los que les importamos muy poco como sociedad.
Da igual el color, lo único que parece importar ahora es en qué paquete me quiero colocar… para odiar al otro paquete. Lo demás, incluida la razón, sería lo de menos. ¡¡Uff!!
¿Habéis leído algún libro de historia en el que se relata cómo comenzó el año 1931 y siguientes, a mascarse la tragedia que duró 45 años? Sí, hablo de España.