23.1.25

Me gusta la fruta. Pero hablo de política


Y por el camino yo me entretengo. Dale que no mira. El interés particular de cuatro al que llamo general. Lo tienes de colores. El que no llora. A silbar to the way. Ande yo caliente. Un tonto jodió a un pueblo. Trastorno octipolar. Rescate de… Fuego amigo. Copago.

Pero hasta Donald Trump reculará aunque lleve tres días firmando derogaciones. El del gesto de saludo de merluza a la romana de los coches eléctricos que no le tiene cogido por la zanahoria hasta que no fabrique armas, necesita manos para limpiarle los bajos y el Tea Party se relajará en política de inmigración. Hasta que no avance en la fabricación de replicantes (consejo que le doy de buenista: fabrícalos de todos los colores de Benetton para que se integren y tal).

De momento, todo el que nazca de padres extranjeros en USA no solo no es WASP, y lo sabes Enrique Iglesias. Ni aunque sea White trash de los de la emigración deseada, cuando sí que fueron alemanes Einstein o Zweig por generaciones (dale una vuelta, Donald). Además seguro que le pide el cuerpo expulsar por decreto-ley a cocineros asturianos por plantarle cara al liberal este. Eso sí, colocará nuevamente a parados en la US Army para invadir Groenlandia porque cada uno de sus 50.000 habitantes ha recibido una participación china en el paraíso budista, que total pa qué.

El personal en Europa anda revuelto porque nos pueda salpicar –cuando llevamos con esto desde las desgravaciones de Boyer a los planes de pensiones de nuestros oligarcas-. Si se va hacia la “USA Pensiones, S.A.” patrocinada y desgravándose Zuckerberg su caridad, que si los europeos (menos España que se salva porque es BRICS muy plus) estaremos obligados a hacer nuestros cascos azules comprándole tecnología militar y maíz para tacos al gendarme.

Entonces qué importancia tiene el debate interno de casta Darío contra Alegría, que siga o no Azcón o Sánchez si Zaragoza sigue teniendo eventos… si todo se hubiera podido evitar si Paloma San Basilio hubiera querido un “love me, love me, baby” y un “I can boogie” con el royo este.

Pero, de paso y sin alarmismos, que alguien responda con su Cuerpo qué hostia pasa con nuestras cotizaciones a la Seguridad Social, el Centro de Salud de Berdún y la ratio de críos por colegio que permitan que se abran en Teruel cuando haya más de 50 molinillos eólicos en edad escolar.

Qué pasa y hasta donde nos llega con nuestro derecho europeo nominal a la salud, la inspección de trabajo y los médicos… Qué alternativa que no sea devaluar y empobrecer a la población como sucede con monedas como el boliviano y el peso convertible, hasta les pasaría a Ana Belén y Wyoming, tiene la izquierda como política. No ya para redistribuir, directamente para subsistir ante los sunamis de la globalización y el neo-proteccionismo. Porque España tampoco tiene intereses en Groenlandia ni en el Canal de Panamá con los puertos de su ciudad y Colón en concesión con adjudicatarios chinos.

Cuál es el espacio de libertad que nos receta MAR por boca de Ayuso, cuál es su alcance para la mano de obra y autónomos agrícolas, para todos los que no pertenecemos al sector cuaternario. Porque las casas de turismo rural o los bares sí se han puesto al día con los precios.

Me gusta la fruta, así que nos la vamos a comer para que nos entierren saludables solo en los intestinos, poco ebrios y habiendo sido buenos, mereciendo entonces un nombre budista póstumo. Esos apodos dedicados que aparecen en vez de sus nombres en las piedras de quien fuera gran calígrafa, excelente abad de templo o política que no deje dormir a sus yonkis en la calle y que no nos haga tongo con nuestra pasta cotizada ni se le ocurra la genial idea de que la administre un banco de un amiguete que sería una vuelta programada a preferentes y quiebras. De momento, pa gustos los colores, :

· Granada (para mí mengrana): fruto del granado o mengranera, símbolo de la fecundidad pues todos los frutos sin relación con la libertad pero sí la igualdad material, tienen los mismos granos. Del latín con abundantes granos pero con nombre técnico “punicum” –es decir, llegada de Fenicia desde Irán, gastronomía que más lo ha valorado-. Nosotros nos comemos la variedad mollar de Elche, bella ciudad oasis única en Europa.

· Mandarina: el fruto de los mandarines puesto que su piel anaranjada inspiró su atuendo ceremonial de seda entre amarilla, símbolo de prosperidad, y rojo, color de la belleza y la buena suerte. Como la naranja –lo revela su nombre japonés: mikan-, el limón, el yuzu… se criaban sus palos silvestres en el actual Vietnam y sur de China. En España adoramos la clementina de la Ribera del Júcar: olorosa, dulce y un punto ácida. Por ella misma umami.

· Manzana (en aragonés poma, de Pomar de Cinca): me encantan las rojas de altura y se han puesto de moda las italianas, cuando las reinas en Aragón fueron las de la variedad Boltaña que se intercalaban con harinosas pomeras de reineta. Todas las variedades vienen de la rosera que daba como fruto la manzana silvestre de los valles de Kazajistán, donde todavía se encuentra el arbusto. Si vemos su origen no es de extrañar la calidad y sustancia que presentan las del Atlas marroquí y las de Villarquemado de Teruel. Cuanto más arriba se produzcan, más crujen y más lento maduran.

· Melón: mi fruta favorita cuyo cultivo se está recuperando con varietal propio de la familia “piel de sapo” en Torres de Berrellén, huerta del Ebro de la acequia árabe del Jalón de la Almozara, implantado por la taifa en huertas resguardadas del cierzo que se regaban por adores (turnos) con agua del Jalón. Fruta que no quiere hielo ni frío, es una domesticación de una planta silvestre turca que no se sabe cuál es. Por consiguiente, es la fruta más culta por cultivada.

· Almendros y pistachos: los prunus gozan de una bella floración blanca, lo que indica que nos hallamos ante roseras con semilla comestible dulce o amarga para licores y vienen en estado natural de los altiplanos del Tigris y Éufrates resistentes a las sequías, mientras que el pistachero con los que los fondos de inversión replicantes de agricultores van a tapizar Aragón por goteo incesante, es el primo del anarcardo afgano. De allí su sabor semejante.


Continuará, presicienta. Pero que qué ideas tienes para mi vejez y mi artrosis, aparte de que tú tengas ya ganau tu pase de oro en la Quirón. Te pregunto por mí, sálveme quien pueda, que ya voy para abuelo con residencia en Tabuenca sin un Maserati en el corral pero con un Massey Ferguson de los 80, color Alfa Romeo.

Ya de paso, os lo pregunto a los del PSOE aragonés y al resto de los posibles encuestados que hablaban de lo que hacía la casta, retranqueados en ir a declarar por una mala noche que os ha desactivado o desprogramado. Y las que no inmersas en ponerse ropa blanca. Ninguno, hasta que eclosione el santo de las iglesias, espero que se inmuten con mi planteamiento según su Seguridad Social blindada de diputaus por estar a veces solo cuatro años, cuestión que votan con Vox y Bildu.

El anarquismo de derechas lo ha escupido vuestro postureo, como los dragoncicos de Juego de Tronos de la reina Daenerys Targarian escupían odio. La madre de la tormenta, la que no ardía. Por algo sería.

24.01 Luis Iribarren