20.1.25

Blue Monday con Donald muy enfadado


Hoy es el Blue Monday del año 2025, y curiosamente es también el día en el que dicen que toma el poder Donald Trump. En realidad el señor Donald lleva ocho años mandando de diferente manera y ahora se va a dedicar a pasar a la historia, creemos que de forma negativa, durante al menos otros cuatro años más.

Se abre un periodo muy interesante en la historia mundial, de eso no tenemos dudas casi nadie. 

A los que ya somos muy mayores nos interesa que esto se acelere pues lo queremos ver y vivir aunque sea de forma negativa. De lo que no tenemos dudas es que será de forma muy entretenida.

La responsabilidad de esto es de todos nosotros. Y mucho más, de los que nos consideramos progresistas. Sea en los EEUU o en Europa, pues la ola que viene con ganas de arrasar inunda ya casi todo el planeta occidental.

¿Qué esperamos de Donald? Pues muchas cosas y casi todas ellas malas. Sobre todo esperamos venganza, y medidas de las que muchos conservadores —incluidos ciudadanos españoles que votan— van diciendo por las barras de bar.

Esperamos unos nuevos conceptos políticos y sociales que si no están muy atentos los que deben frenarlos, es posible que empobrezcan a todos, pero lo harán con la alegría contenida de quien cree que esto es bueno.

Y ahora ya un poco más en serio y preocupado, la llegada al PODER de quien alentó —y no quiso frenar hasta que su familia se lo indicó— el asalto al Congreso de los EEUU hace cuatro años, supone un alzamiento de la extrema derecha que debe preocupar a todos los que desde la derecha y la izquierda creen en la democracia.

Yo sigo pensando que una cosa es predicar y otra muy diferente dar trigo, y que el propio poder tiene sus mecanismos de freno, como para que tontos de baba repartidos por todo el mundo realicen acciones que pongan en peligro al propio poder. Ya veremos hasta dónde han llegado los muy conservadores en su toma del Castillo democrático.

Y pienso posiblemente de forma idiota, que gran parte de las medidas que anuncia Donald desde esa nueva imagen de señor excesivamente serio, son mero teatro. 

Pero es verdad que su poder interno y militar, externo y de miedo, puede hacer sin tener que tomar decisiones, lo que no se atrevería decidir él directamente.