Parece un sin sentido pensar que ya existe la Inteligencia Artificial, que ya está entre nosotros formando parte como una herramienta más, con poder simpático. Y que sigamos comportándonos como si no pasada nada.
Ya, lo sé, dicen que existe y nos lo creemos, pero quiero entrar por un lateral. Si de verdad existiera la Inteligencia Artificial como tal… ¿podríamos, deberíamos estar tranquilos?
Yo creo que si de verdad existiera, estoy seguro que si estuviéramos seguros de que la IA ya estaba en cada una de nuestras casas, nos hubiéremos puesto a buscar a los culpables para detenerlos y meterlos en chirona.
La IA, si de verdad fuera inteligente y además fuera artificial, es decir, estuviera fuera del control de los seres humanos, sería el fin. Si todavía la controlan las personas no es una inteligencia, sino un almacén de información, una biblioteca moderna.
Y si la IA fuera realmente Inteligencia, los Gobiernos no la habrían dejado nacer y menos crecer, pues ellos tienen que tener todo muy controlado. ¿Tendrá ideología propia la IA y por ello se podría escapar de la ideología de quien la alimenta con los enchufes?
Así que tranquilos, la Inteligencia Artificial no existe. Lo que existe es otra cosa.
Hay dos puntos que NUNCA debemos permitir que nada artificial pueda controlar.
El primer punto peligroso es crear algo que sea capaz por sí mismo, con sus decisiones, de aprender, de crecer con los conocimientos que le fueran llegando, hasta crear otros conocimientos nuevos. Ese punto es peligrosísimo pues le otorgaría el don de la Libertad de Acción, el de poder tomar decisiones a base no ya de lo que le enseñamos, sino de lo que ese modelo quiera aprender.
El segundo punto de inflexión es igual de peligroso y supondría que la IA se escapase totalmente a nuestro control. Es el punto de que encuentre la fórmula, la manera de escapar de ser apagada por humanos. En el momento en que la IA logre saltarse la interacción de los humanos para que se quede en negro, habrá dado el paso de manipularnos a nosotros. De momento la IA se alimenta de electricidad y se la damos nosotros.
El primer punto es muy sencillo de lograr por la propia IA, pues precisamente la hemos enseñado a que crezca en conocimientos a base de ampliar en sus archivos millones de datos y ponerlos a interactuar entre ellos.
Es decir, a que haga de forma rápida lo que los humanos no podemos hacer todavía, excepto si invirtiéramos un tiempo imposible. Pero eso no es peligroso si controlamos el punto dos. La entrada de la informática supuso eso mismo, los primeros ordenadores ya nos ganaban en velocidad de cálculo.
Pero esos primeros ordenadores los podíamos apagar, por fases e incluso de forma total si lo deseábamos. Eran máquinas tremendas que nos necesitaban incluso para sobrevivir, pues el calor que producían era tan tremendo que tenían que tener otras máquinas a su lado que los refrigeraran.
En el momento en que la IA pueda cambiar de máquinas, de alimentación, pueda trocearse en miles de espacios distintos, e incluso infiltrarse entre las máquinas que necesitamos para vivir como sociedad, estamos perdidos. Y eso lo puede hacer si aprender a defenderse ellas mismas de nosotros.
¿Es una utopía? Je je je, bueno, sí, simplemente al pensar que nosotros somos más inteligentes y además no somos artificiales. Y que tenemos la capacidad de controlar lo que creamos.
Imaginemos que las decisiones no las toma una máquina sola, sino la suma de millones de máquinas que se van intercalando sin saberlo nadie, en su capacidad de actuación en la toma de decisiones. ¿Os suena a imposible?
Claro que… sería peor que sí lo supieran manipular y hacer unas pocas personas descontroladas. Por lo que es obligatorio que las propias máquinas tengan filtros exquisitos para crecer y alimentarse.
¿Os parece imposible que miles de teléfonos móviles aleatorios (o coordinados por algo o alguien con mucha seguridad) actúen a la vez, explotando en los bolsillos? Pues eso, la tontería puede infiltrarse en cualquier lugar.
En estos momentos en tu casa, en tu despacho, hay decenas de pequeños aparatos conectados y todos ellos con unas tripas de informática en su interior. En una gran empresa… son cientos o miles. Todos ellos trabajan para nosotros, y creemos saber qué tienen en su interior.
Qué ordenes son capaces de obedecer. De momento. ¿Seguro que sabemos qué contienen las tripas de cada actualización de un Sistema Operativo? ¿Tú conoces a la persona que te ha creado las tripas de lo que ya llevas en el bolsillo, que es capaz de obedecer órdenes desde vete a saber qué lugar?
No hablo de prescindir de las nuevas tecnologías, en absoluto, son un fan claro. Hablo de que todo esto lo conocen muy bien los que saben que deben controlarlo para que no se escapa hacia el infinito o hacia la nada. Realmente lo único que quieres es vender y tener beneficios para gastárselos en asuntos que no son nada artificiales.