5.11.24

Preguntas en el barro de Valencia


No requieren respuesta inmediata, se pretende volver a Sócrates. Aquel que vivió en una polis que contenía pardinas y fincas rodeadas de cipreses y olivos en una cuenca mediterránea con precipitaciones ya entonces irregulares y cuya ágora subió a una colina.

Hoy no toca arrear a Errejón que no se sabe cómo hubiera gestionado la emergencia como presidente autonómico porque empezó a gestionar sin haber sido concejal antes y seguro que fue el primer sorprendido cuando le obedecían y se le cuadraban hasta cuando daba en el partido órdenes sin justificación o se le iban las manos.

En el caso de que en un municipio de urbanismo y fundación medievales, situado en una meseta o cerro de los propios del interior de Valencia, sierras de Aragón y pirineo oscense, cayeran 500 litros por metro cuadrado, ¿no se inundarían también los garajes las casas que por gravedad están a cota más baja?

Si la mayor parte de las imágenes que he visto de viviendas arrasadas en el área metropolitana sur de Valencia son unifamiliares construidas en la proximidad de ramblas y la ley de urbanismo valenciana fue famosa por innovar declarando al agente urbanizador privado como amo y señor del desarrollo de nuevos suelos urbanizables, ¿cómo es que estas unidades de ejecución desarrolladas junto a cauces han sido planificadas por los municipios y obtenidos los planes informes favorables o aprobaciones autonómicas y de las confederaciones?

Si el anchísimo cauce del Turia ha salvado a la ciudad de Valencia del caos y la desgracia pero ya anunciaba con su ejecución tras la inundación de la ciudad en los 60 que la administración se ahorraría hoy cuantiosas indemnizaciones… Si, sin embargo, el barranco de la Z-30 fue insuficiente para canalizar toda la tormenta que cayó en Puerto Venecia en Zaragoza… ¿son quienes eligen vivir en municipios y barrios menos protegidos quienes se tienen que sacrificar y aceptar con su vida salvar los barrios Valencia y de paso su norte o el centro de Zaragoza?

Según el principio de igualdad constitucional, ¿la fuerza mayor se padece de forma distinta según el barrio? ¿deberían tener una nota simple informativa los inmuebles que se vendieran en barrios con dolinas, municipios atravesados por ramblas sin talud o sin pantanos de cabecera, y entonces ya sería nuestro problema?

En el caso de los propietarios y familias que viven desde hace generaciones en pequeños núcleos que antes estaban rodeados por naranjales que algo contendrían las inundaciones, ¿deben aceptar la política urbanística posterior?

¿Ha de aceptarse necesariamente por un agricultor de Pina que debido a las motas que impiden hoy la inundación de Zaragoza, se inunden sistemáticamente sus campos o explotaciones? O es un mal que tiene como ciudadano el deber jurídico de asumir.

En el caso de que haya que abrir alguna vez las compuertas de Yesa y gran parte de la margen izquierda de Zaragoza vuelva a quedar anegada como antes del pantano, lo que supondría que veamos coches flotando cada cinco años en los garajes del ACTUR y desesperados que viven de ellos intentando rescatarlos, ¿cuál será la ponderación de intereses? ¿quién puede informarnos con anterioridad de que nuestra casa la han levantado con informes favorables y visados colegiales en una pequeña capa de centímetros de costra de gravas del río?

Estas preguntas ya se las hizo en forma de indignación y referidas a Valencia el maestro Rafael Chirbes. Mejor para él tuvo que ser haber muerto sin saber que determinados barrios nuevos conectan sus tuberías de desagüe de diámetro mediano en otras tradicionales y a veces de uralita de otro más pequeño.

No pasan más cosas, no le pasan a cualquier partido político, porque el cambio climático y el calentamiento del Mediterráneo no quieren. Concentrar la población en la costa durante años con políticas de vaciamiento de servicios del interior y especular con su necesidad de vivienda y después de ocio vacacional no lo podrían arreglar ni unidades de intervención de emergencia por cada Ayuntamiento.

Quizá sea más fácil salvar por el ejército en condiciones marroquíes o afganas, países que cuentan únicamente con comercio de proximidad y alimentos de kilómetro bajo cero, a los que todavía no se les ha ordenado consumir en cuatro multinacionales.

05.11 Luis Iribarren