8.11.24
De aquellos barros de Paiporta… Trump 2
La globalización como sunami que ha arrasado con la clase media norteamericana, el proteccionismo, el orgullo y el control de la inmigración ilegal… esgrimidos por un partido al que representa el color rojo, los republicanos al servicio de Trump Towers.
Es el segundo voto de castigo contra las élites pijoprogres demócratas de Hollywood y New York-Tel Aviv, cuyo color es el azul Lincoln.
La izquierda caviar de la que formé parte como simpatizante nos ha estado colando en lo que antes se llamó Occidente y hoy “Sálvese quien pueda” las recetas del mayo del 68, alimentando un Estado Social basado en el principio de que los impuestos sean progresivos según la renta siempre con excepciones.
Los proyectos de interés general autonómico, la falta de una lucha decidida contra el fraude fiscal, han estado conviviendo con políticas buenistas de gasto público disparado, dirigido a las excepciones. A los grupos de la sociedad etiquetados como vulnerables, que la clase media viene percibiendo que están compuestos por individuos especialmente aptos para vivir subvencionados o que abusan de la categoría que les conviene.
El resto de la población de extracción obrera o empleada por cuenta ajena, otrora votante de las opciones de centro izquierda, yace sepultada en el copago de los servicios. En parte porque así lo han decidido: con su huida de la recepción de servicios públicos por las listas de espera, la pérdida de calidad por falta de inversiones de la enseñanza pública o búsqueda de contactos en mejores colegios y pago de masters para sus hijos y teniendo que remediar la ausencia o tardanza de las soluciones a la dependencia.
Ello se plasma, caso Echenique que le sepultó moralmente entre la ciudadanía incluso progresista y republicana, en que se deban buscar soluciones fuera del sistema dado que ni siquiera desgrava ponerlas para que tu padre tenga una vejez decente.
El Diario de Navarra, edición del domingo pasado, perceptor de la sensibilidad acusadísima de los empresarios navarros de extracción muy conservadora –carlista- publicó el domingo un catálogo de efectos económicos que supondría en dinero contante para las empresas de lo foral la victoria de Trump. Cómo afectaría, especialmente en el sector fotovoltaico y de energías renovables y en la VW regulada de Landaben, esa victoria que entendieron más que probable.
Otra cuestión es que se les amenace entonces a los USA con dejar de importar sus excedentes de carne o maíz que han condenado a los regadíos europeos. Pero que Trump tiene medido que suponen menor valor añadido que vender, no lo hizo en su primer mandato, una reindustrialización y remineralización americanas.
La victoria, aunque no por semejante margen, yo también la tenía clara dada la evolución electoral y triunfos cantados de las opciones anarquistas de derechas en Europa, con el único programa de regular la inmigración ilegal –siquiera el 90% entre de vacaciones por Barajas- y que han venido arrasando.
El endurecimiento y desafección a la democracia se plasmó en la visita de Sánchez a Paiporta en que quedó reflejada que una gran parte de la población tiene asumido que vivimos en una democracia formal pero que no les alcanza en vida cotidiana y, supongo, que piensa en que habría que volver a Franco que espetó: “Haga como yo, no se meta en política”. Frase que suscribiría Elon Musk.
De no ser porque sus alcaldes y concejales sí les están respondiendo y la autonomía municipal está basada en la autonomía de los ayuntamientos. Pero de estas confusiones ha emergido nuevamente, un hombre-un vómito, un organizador de golpe de Estado como siguiente presidente del Imperio.
Entonces cómo no iba a ganar el Partido Republicano con el liderazgo de un friki de la política que es la puerta y el rascacielos giratorio y, aunque no le hacía falta, el soporte de GM, los obreros blancos USA, los red neck hillbillys subidos en tractores verdes -todo el sector primario que pagará el America first- y el propietario de Tesla que monopolizará la venta de coches eléctricos desde su California todavía demócrata.
Cómo no iba a suceder que los partidarios occidentales de una Rusia fuerte, a su vez apoyo técnico de Irán y Siria, negacionistas climáticos menos en lo que suceda dentro de su propio país, arrasaran inmisericordemente.
Y a los que les toque tornado, que se vayan –porque en Miami se avisa mejor, pero habrá que tener pueblo en alto, u kée…- o que se jodan. Si les cae un rayo, se electrocutan con el poste de la luz o enferman por las aguas fecales, para eso están los abogados y los seguros, y las centralitas en las que contesta la inteligencia artificial.
Tenemos lo que nos buscan y algunos os merecéis. Otro sí que también nos lo buscan los lamentables gestores públicos puestos por el poder por incapaces para justificar contratos de limpieza porque dan a la vez vacaciones a todos sus empleados.
07.11 Luis Iribarren