10.10.24

La Formación Profesional, sus retos hacia el futuro


La Formación Profesional, como elemento base de la educación laboral, hay que adaptarla constantemente
, año a año, teniendo en cuenta las necesidades de cada país, de cada zona geográfica. Y dar más formación específica y personal dentro de todas esas diversas ramas de FP, también para que los alumnos sepan lo que es crear una empresa, lo que es innovar, arriesgarse a crear y creer en ideas propias.

La Formación Profesional (FP) es una herramienta fundamental para preparar a los jóvenes en su salto al mundo laboral y para fomentar el emprendimiento. Sin embargo, para que la FP sea verdaderamente efectiva, debe ser flexible, adaptada a las necesidades del mercado laboral y capaz de fomentar la creatividad y la innovación.

En realidad, poco a poco nos tendremos que enfrentar a reducir las distancias formativas entre Universidades y Centros de FP no serán tan diferentes. 

En ambos espacios formativos para jóvenes estamos tratando de que salgan formados para un puesto de trabajo, para integrarse en la sociedad a través de una profesión, de un servicio laboral que les garantice a ellos su futuro, y a la sociedad seguir funcionando y creciendo.

Pero veamos más en concreto las necesidades de la FP, para ir adaptándola hacia lo que es ya necesario en un mundo cada vez más tecnificado, más cambiante. Iremos viendo diversos punto que en realidad requerirían cada uno de ellos un análisis mucho más amplio, que se escapa de esta entrada.

Necesidades locales: La FP debe estar en constante diálogo con las empresas y las instituciones locales para identificar las competencias y habilidades más demandadas en cada sector y región. La rápida evolución tecnológica exige una actualización constante de los planes de estudio, incorporando las últimas herramientas y conocimientos. Cuando hablo de necesidades locales, me estoy refiriendo a las de cada zona en todo el mundo, pues en realidad gran parte de estos puntos que sacaré, sirven como conceptos para cualquier país o territorio. Pero claro, hay que readaptarlos para cada economía o sistema productivo.

Personalización: Los programas de FP deben ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a las necesidades individuales de cada estudiante, ofreciendo itinerarios formativos personalizados. Debes ser las Instituciones Públicas las que constantemente estén analizando las necesidades de cada territorio, de cada momento económico. El aprendizaje basado en proyectos permite a los estudiantes aplicar los conocimientos teóricos a situaciones reales, desarrollando habilidades prácticas y fomentando el trabajo en equipo. 

Cultura emprendedora: Es fundamental fomentar una cultura emprendedora en los centros de FP, promoviendo la creatividad, la iniciativa y el espíritu de riesgo que les anime a no quedarse estancados. Los estudiantes deben adquirir competencias como la gestión de proyectos, la resolución de problemas, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo, esenciales para emprender. Los centros de FP pueden convertirse en espacios de encuentro para estudiantes, emprendedores y empresas, fomentando la colaboración y la creación de nuevas ideas y proyectos.

Contacto con el mundo empresarial: La colaboración con empresas y emprendedores puede proporcionar a los estudiantes una visión real del mundo empresarial y facilitar su incorporación al mercado laboral no solo como trabajadores por cuenta ajena. Los centros de FP pueden crear incubadoras de empresas para que los estudiantes puedan desarrollar sus propias ideas de negocio. La formación dual, que combina la formación en el centro educativo con la práctica en una empresa (o varias empresas), es una excelente manera de preparar a los estudiantes para el mundo laboral y facilitar su inserción.

Internacionalización: La movilidad de los estudiantes y la cooperación con instituciones educativas de otros países pueden ampliar sus horizontes y facilitar su adaptación a un mercado laboral global. Si queremos una competencia eficaz en un mundo globalizado y externalizado hay que mover a las personas, para que pierdan miedo a mover sus servicios y productos. Exportar (todo, incluido tu propio trabajo) es uno de los ítem básicos en cualquier formación básica.

Desarrollar competencias transversales: Más allá de las habilidades técnicas específicas de cada sector, la FP debe fomentar competencias como la resolución de problemas, la creatividad, el trabajo en equipo, la comunicación efectiva y el pensamiento crítico.

Adquirir conocimientos muy amplios en áreas clave: La formación en contabilidad, economía, gestión de empresas y gestión de personas es fundamental para que los estudiantes puedan comprender el funcionamiento de las organizaciones y tomar decisiones estratégicas. No siempre deben ir encaminadas a crear nuevos empresarios, pero sí a saber de qué elementos clave se componen las empresas y sus productividades.

Mantenerse constantemente actualizados: La FP debe ser un proceso continuo de aprendizaje, adaptándose a los cambios tecnológicos y a las nuevas demandas del mercado laboral. Los planes de estudio deben actualizarse constantemente para reflejar los cambios en el mercado laboral. Los docentes deben estar capacitados para impartir una formación más práctica y orientada a la resolución de problemas. Los centros de FP necesitan contar con el equipamiento necesario para ofrecer una formación de calidad.

Fomentar la investigación aplicada: La FP debe estar conectada con la investigación, permitiendo a los estudiantes participar en proyectos de innovación y desarrollo. En Equipos y de forma individualizada.

Promover la colaboración con universidades y centros de investigación: La colaboración entre la FP y otros agentes del sistema educativo puede enriquecer la formación y generar sinergias. Poner en valor la formación, debe ser en ambas direcciones.

La FP debe ser una herramienta clave para el desarrollo económico y social de cualquier país. Para lograr este objetivo, es necesario que sea flexible, adaptada a las necesidades del mercado laboral y capaz de fomentar la creatividad, la innovación y el emprendimiento. También es necesario que se conozca la importancia de la Formación Profesional en el valor del país, en su macro contabilidad y éxito como sociedad.

La FP debe ser siempre innovadora, debe ser un mecanismo de formación constante, debe conocer bien una suficiente formación contable, económica, de gestión de empresa y de personas. La FP no debe quedarse solo en saber manejar una máquina o un determinado puesto de trabajo. Debe abrirse y elevarse.

La Formación Profesional tiene un potencial enorme para ser un motor de innovación y desarrollo, pero para ello debe evolucionar y adaptarse constantemente a las demandas de un mundo laboral cada vez más complejo y cambiante. 

¿Qué demanda el mercado, qué demandas las personas como consumidas pero también como productoras?

La importancia de las prácticas en la FP es crucial como sustitutiva de los viejos aprendizajes de los años 60 y 70 del siglo XX. Por ello la FP Dual es el único camino posible. Veamos algunos detalles de esto.

Experiencia práctica: Las prácticas permiten a los estudiantes aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en el aula a situaciones reales, lo que facilita la comprensión de los conceptos y el desarrollo de habilidades prácticas.

Conexión con el mundo laboral: Las prácticas ponen a los estudiantes en contacto con el entorno empresarial, permitiéndoles conocer las dinámicas de trabajo, las expectativas de las empresas y las últimas tendencias del sector. Se toman contacto con otros trabajadores de sus sectores, y de diversas edades y diferentes conocimientos.

Desarrollo de competencias transversales: Más allá de las habilidades técnicas específicas de cada profesión, las prácticas permiten desarrollar competencias como la autonomía, la responsabilidad, la capacidad de adaptación y el trabajo en equipo. Saber cómo trabajan diversas empresas, diferentes grupos de personas, es muy enriquecedor.

Facilitar la inserción laboral: Una buena experiencia en prácticas aumenta las posibilidades de encontrar empleo al finalizar los estudios y facilita la transición de la vida estudiantil a la profesional.

Hay que aumentar el número de horas de prácticas: Es fundamental aumentar la duración de las prácticas para que los estudiantes puedan adquirir una experiencia más completa y significativa. Y saber controlarlas muy bien por parte de los Tutores de Estudios.

Diversificar los tipos de empresas: Las prácticas no deben limitarse a las grandes empresas, sino que deben incluir también pymes, empresas familiares y empresas de reciente creación, para que los estudiantes conozcan diferentes modelos de negocio y realidades laborales. El papel de los Tutores de los Centros Educativos es fundamental, y su entendimiento con los Tutores de Empresa un trabajo sobre el que hay que insistir por ambas partes, facilitando también una formación para todos estos tutores.

Promover la movilidad geográfica: Las prácticas en diferentes regiones o países pueden ampliar la visión de los estudiantes y facilitar su inserción en un mercado laboral global.

Ofrecer tutorías y seguimiento: Los estudiantes en prácticas deben contar con el apoyo de tutores tanto en la empresa como en el centro educativo, para garantizar un aprendizaje efectivo y una experiencia positiva.

Vincular las prácticas con proyectos de innovación: Las prácticas pueden ser una oportunidad para que los estudiantes participen en proyectos de innovación, desarrollando nuevas ideas y soluciones.

Desarrollar un proyecto profesional: Las prácticas pueden servir para que los estudiantes identifiquen sus intereses y definan su trayectoria profesional.

Adquirir habilidades de búsqueda de empleo: Los estudiantes deben aprender a elaborar un currículum vitae efectivo, a prepararse para una entrevista de trabajo y a negociar las condiciones laborales.

Fomentar el espíritu emprendedor: Las prácticas pueden ser una oportunidad para que los estudiantes desarrollen sus propias ideas de negocio y adquieran las habilidades necesarias para emprender.

Personalización extrema: Cada vez más, la formación se adaptará a las necesidades y estilos de aprendizaje individuales de cada empleado, gracias a herramientas de inteligencia artificial que analizarán datos sobre su desempeño, intereses y objetivos profesionales.

Microlearning: La tendencia hacia contenidos cortos y muy claros, diseñados para ser aprendidos en cualquier momento y lugar, seguirá creciendo. Esto permitirá a los empleados aprender de manera más flexible y eficiente.

Experiencias de aprendizaje inmersivas: La realidad virtual y aumentada ofrecerán experiencias de aprendizaje más realistas y envolventes, permitiendo a los empleados practicar habilidades en entornos simulados.

Aprendizaje social: El aprendizaje colaborativo y la creación de comunidades de aprendizaje serán cada vez más importantes. Las plataformas digitales facilitarán la interacción entre los empleados, el intercambio de conocimientos y la resolución de problemas en conjunto. Hoy es muy sencillo ampliar los conocimientos a través de Grupos de Análisis establecidos en muy diversos países. Igual que los hay de científicos o de gestores políticos, debería haberlo entre trabajadores de los mismos oficios, a nivel técnico.

Formación basada en datos: Las empresas utilizarán datos para medir la efectividad de sus programas de formación, identificar las áreas de mejora y personalizar las experiencias de aprendizaje. Esos datos hay que repartirlos, conocerlos mejor, para valorar los cambios, las tendencias, la rentabilidad de los cambios.

Habilidades blandas y desarrollo personal: La demanda de habilidades como la inteligencia emocional, la creatividad, la resolución de problemas y la adaptación al cambio crecerá significativamente. Mucho cuidado con no saber valorar la Salud Mental entre las personas, pues eso hunde empresas complejas.

Formación continua y a lo largo de toda la vida: El aprendizaje se convertirá en una actividad constante y necesaria para mantenerse actualizado en un entorno laboral en constante evolución. 



¿Cómo las organizaciones pueden fomentar una cultura de aprendizaje continuo en todos los niveles?

Sostenibilidad y responsabilidad social: La formación empresarial se centrará cada vez más en temas relacionados con la sostenibilidad, la responsabilidad social y la ética empresarial. 

El rol de los LMS (Learning Management Systems): ¿Cómo estas plataformas están evolucionando para adaptarse a las nuevas tendencias?

La gamificación en la formación: ¿Cómo los juegos y la gamificación pueden hacer que el aprendizaje sea más atractivo y efectivo?

La inteligencia artificial y el futuro del trabajo: ¿Qué implicaciones tiene la IA para la formación y el desarrollo de los empleados?

Resistencia al cambio: Tanto empleados como directivos pueden mostrarse reacios a adoptar nuevas herramientas y métodos de aprendizaje. Esto puede deberse a la falta de familiaridad con las tecnologías, a la preferencia por los métodos tradicionales o a la preocupación por el impacto en su trabajo.

Siempre faltan infraestructuras tecnológicas: No todas las empresas cuentan con la infraestructura tecnológica necesaria para implementar soluciones de formación innovadoras. Esto puede incluir problemas de conectividad, dispositivos obsoletos o falta de software adecuado. La inversión en nuevas tecnologías puede ser elevada, tanto en términos de adquisición de hardware y software como de desarrollo de contenidos y capacitación del personal.

Integración con sistemas existentes: Las nuevas herramientas deben integrarse de manera fluida con los sistemas existentes de gestión de recursos humanos y aprendizaje, lo que puede requerir un esfuerzo adicional de desarrollo e implementación.

Medición del ROI (Retorno sobre lo invertido): Demostrar el retorno de la inversión en formación tecnológica puede ser complicado. Es necesario definir métricas claras y establecer un sistema de seguimiento y evaluación.

Calidad del contenido: La calidad del contenido formativo es fundamental para el éxito de cualquier iniciativa. Crear contenidos atractivos, relevantes y actualizados requiere tiempo y recursos.

Privacidad y seguridad de los datos: La protección de los datos personales de los empleados es una preocupación creciente. Es necesario garantizar que las nuevas tecnologías cumplan con las normativas de privacidad y seguridad.

Adaptación a las necesidades individuales: Cada estudiante tiene necesidades de aprendizaje diferentes. Personalizar la formación a gran escala puede ser un desafío complicado pero necesario.

Comunicación y participación: Involucrar a los empleados en el proceso de cambio y comunicar los beneficios de las nuevas tecnologías es fundamental para reducir la resistencia.

Formación del personal: Capacitar al personal técnico y a los formadores en el uso de las nuevas herramientas es esencial para garantizar una implementación exitosa.

Planificación estratégica: Desarrollar una estrategia de formación tecnológica a largo plazo que se alinee con los objetivos de negocio.

Hacer pruebas piloto a pequeña escala: Implementar las nuevas tecnologías en un grupo reducido de empleados puede ayudar a identificar y resolver problemas antes de una implementación a gran escala.

Medición y evaluación: Establecer indicadores clave de rendimiento (KPI) para medir el impacto de la formación y ajustar las estrategias según sea necesario.

Colaboración con proveedores: Trabajar con proveedores de soluciones de aprendizaje puede facilitar la implementación y reducir los costos.

¿Qué habilidades profesionales serán más demandadas en el futuro?

El mundo laboral está en constante evolución, y con él, las habilidades requeridas para tener éxito en el tiempo. Si bien la tecnología y la automatización están transformando muchos aspectos laborales, las habilidades humanas seguirán siendo fundamentales.

Habilidades profesionales más demandadas en el futuro. Algunas de las habilidades que se perfilan como las más valoradas en el mercado laboral de los próximos años serán:

Habilidades cognitivas y analíticas: Pensamiento crítico. Capacidad para analizar información, evaluar argumentos y tomar decisiones informadas.

Resolución de problemas complejos: Habilidad para identificar problemas, analizar opciones y encontrar soluciones creativas.

Creatividad e innovación: Capacidad para generar ideas nuevas y originales, y para adaptarse a situaciones cambiantes.

Aprendizaje continuo: Disposición a adquirir nuevos conocimientos y habilidades de manera constante.

Habilidades sociales y emocionales:Comunicación efectiva. Habilidad para expresarse de manera clara y concisa, tanto de forma oral como escrita.

Trabajo en equipo: Capacidad para colaborar con otros y construir relaciones interpersonales sólidas.

Liderazgo: Habilidad para influir en otros y motivar a los equipos.

Empatía: Capacidad para comprender y compartir los sentimientos de los demás.

Habilidades tecnológicas: Dominio de herramientas digitales. Conocimiento de software y aplicaciones para aumentar la productividad.

Inteligencia artificial: Comprensión de los conceptos básicos de la IA y capacidad para utilizar herramientas basadas en IA.

Ciberseguridad: Conocimiento de las medidas de seguridad para proteger datos y sistemas.

Automatización: Capacidad para utilizar herramientas de automatización para optimizar procesos.

¿Por qué estas habilidades serán tan importantes?

Automatización de tareas rutinarias: Muchas tareas repetitivas serán automatizadas, por lo que las personas deberán enfocarse en tareas que requieran habilidades más creativas y analíticas.

Globalización: El mercado laboral se vuelve cada vez más global, lo que exige habilidades de comunicación intercultural y adaptación a diferentes entornos.

Transformación digital: La tecnología sigue avanzando a un ritmo acelerado, y los profesionales deberán estar preparados para adaptarse a estos cambios.

Demanda de personalización: Los consumidores buscan experiencias cada vez más personalizadas, lo que requiere habilidades de creatividad y resolución de problemas para desarrollar soluciones únicas.

El futuro del trabajo requerirá una combinación de habilidades técnicas, sociales y emocionales. Aquellos profesionales que sean capaces de adaptarse a los cambios, aprender de manera continua y trabajar de forma colaborativa tendrán mayores oportunidades de éxito.

¡Recuerda que el aprendizaje es un proceso continuo! Mantente actualizado sobre las últimas tendencias y desarrolla las habilidades que te permitirán destacar en el mercado laboral del futuro.

Julio Puente