8.8.24

La función de Teatro en el Arco del Triunfo no ha salido gratis


No es fácil asistir a los teatrillos de hoy en Barcelona sin que salten las alarmas mentales de cualquier demócrata. Los errores han sido tantos, de tantos, de tan variado tipo y color, que uno se asombra para preocuparse o asustarse. 

No. Así no se juega al ajedrez.

La política es ajedrez, es incluso un juego de poderes y de tácticas con técnicas, pero siempre sin hacer el ridículo nadie. O los menos ridículos posibles. Y hoy excesivos bloques han hecho el ridículo. Incluso los que han estado callados.

La democracia no ha salido ganando.

Es verdad que todavía podía haber sido peor, y que la presencia excesiva de la policía catalana ha servido para jugar con ellos en vez de para demostrar que son unos profesionales. 

Pero sí, al menos no ha existido violencia física por parte de nadie, y eso es muy positivo.

Todo se hubiera solventado si no se hubiera puesto el punto… en la obligada detención de Carles Puigdemont. Es un error de libro. 

Una vez en España, no es necesario dar la orden de detención al minuto de pisar territorio. Se puede dejar y jugar con los tiempos sin tener que mirar a otro lado, pues no es una persona peligrosa que vaya a repetir delitos en 48 horas. Y solicitarle que acuda al Juzgado. Se le entrega una citación y punto pelota. No irá, lo sabemos, pero no se hace el ridículo.

Había que hacer Circo y lo tenían que hacer todas las partes para ver quien la tiene más corta. 

Lo cierto es que Cataluña abre un nuevo periodo, esperemos que entre todos les dejen recorrerlo con calma, pues si es así, es bueno para todos.

Y efectivamente, todos los demás, los que no somos catalanes, tenemos que aprender a defendernos de las ventajas de unos contra los otros. Ellos tienen derecho a intentarlo, y nosotros también y a defendernos.