Estamos en una época en la que mentir sabiendo que estás haciendo daño con tus mentiras, sale gratis. Más si además construyes grandes mentiras y las adornas de grandes abogados que tienen tu carta blanca, para gastar en juicios lo que sea necesario e intentar que las mentiras parezcan verdades a costa de llevar al juzgado a los/sus enemigos.
Lo curioso de todo esto, es que son los jueces los que admiten las querellas con simples notas de prensa, sabiendo que lo que se abre son muchos meses de insidias que no se pueden controlar en una Justicia super lenta que no castiga al que hace un usos bastardo de la misma.
Y es entonces cuando la sociedad deja de creer en la Justicia.
El ciudadano de la calle ya no cree en la Política, duda de su Justicia, y ya hace unos años que dejó de lado la Religión. ¿Qué nos queda?
Pues como somos animales aunque nos creamos racionales, queda lo que queda, que es un crecimiento de la violencia. Suave primero, verbal después, desafección, cabreos, subidas de tono, y violencia física al final del recorrido.
Confundimos más policía con más Justicia. Que esa es otra.
La policía está para poner orden cuando se ha roto la normalidad. Pero nunca para construir orden. Eso lo tiene que hacer la sociedad, los políticos y los jueces. Pero ahora nos dedicamos a otras labores.