Nos dijeron, nos dijimos, que tras el COVID íbamos a ser mejores personas, que saldríamos mejores, más humanos, más pacíficos y sabiendo que la calidad de la vida es precisamente cuidarla.
Nos volvimos a equivocar. Seguimos matando, hemos iniciado dos guerras muy largas y sin saber hacia dónde nos llevan pues se pueden ampliar, la desigualdad aumenta, el hambre también.
Ayer El País nos decía que en el año 2023 había unos 750 millones de personas sin suficiente alimentos. Unas 16 veces la población de toda España. Pasado hambre de verdad y de forma constante. Unos 150 millones más que antes de la pandemia.
Curiosamente la ONU años antes había dicho que en el año 2023 en el mundo habría Hambre Cero. Otra equivocación pues va en aumento.
Cuando nos preguntamos el motivo por el que vienen en patera hacia Europa no somos capaces de entender que más de la mitad de esas personas con hambre todos los días viven en África. Unos 400 millones de personas con hambre son muchas como para evitar que no quieran escapar de sus países.
Se trabaja mucho y bastante bien en la alimentación infantil y bajas ls cifras, pero aumente el hambre entre jóvenes y adultos por las guerras, por el calentamiento que afecta todavía más a zonas muy cálidas, y por las malas cosechas producto de todo eso.
Pero a su vez hay más de mil millones de personas obesas, la inmensa mayoría por comer mal y en exceso. Y sí, todas ellas viven en un mundo occidental que se queja de la llegada de miles de personas con hambre a sus países.