Perder la Unión Europea por decisión libre de los europeos es un drama. Un error del que no tendremos vuelta atrás y no sabremos valorar hasta que ya sea imposible resolverlo. Y estamos a punto de realizar ese camino de vuelta, sin darnos cuenta de ello ni de sus consecuencias.
El triunfo de la extrema derecha en algunos países, el crecimiento importante en otros, es un problema muy serio en donde hay excesivos responsables torpes y una sociedad que se está dejando manipular sin darse cuenta.
Tras los resultados de la Primera Vuelta en Francia con un partido extremista capaz de lograr casi el doble de votos que hace dos años, y con una participación electoral bastante más elevada, cabría preguntarnos: ¿Qué queremos en Europa?
Pero la respuesta la tenemos en las urnas. Queremos eso, posiblemente porque una gran mayoría de personas que han decidido cambiar el sentido de su voto quieren eso. Y hablamos de millones de europeos, no solo franceses, aunque este sea el caso más cercano e icónico junto a Italia.
Europa sin la Unión Europea es mucho menos de lo que nos imaginamos, sobre todo en este mundo tan globalizado. Caminamos hacia un futuro llenos de enemigos globales que quieren cambiar las reglas, o al menos, apartar a Europa de esas reglas que han funciona bien, aunque gran parte de la sociedad se haya creído que funcionaban muy mal.
Queda en Francia una Segunda Vuelta, que debería ser la construcción de una decisión histórica de todos los partidos que no son extrema derecha, pero que estamos seguros desde fuera, que no se dará.
No sirve tampoco mezclar ingredientes tan dispares para frenar el ascenso de una ideología, aunque nos parezca válido. Eso es pan para hoy, y hambre de soluciones para mañana.
Crece el extremismo nacionalista porque la sociedad, las personas, quieren con su voto y su decisión.
Y por que fuerzas bastante escondidas trabajan para que sea así en un mundo fácilmente manipulable. Las enfermedades es mejor tratarlas cuando empiezan.
Y en este 2024 nos va a quedar claro que el mundo occidental está en crisis, y lo vamos a reemplazar por otro mundo que no va a ser precisamente mejor, con las sociedad que más ayuda necesitan, vivan entre nosotros o vivan alejadas de nosotros.