31.7.24

Absentismo laboral 2. La perspectiva de la Vieja guardia Republicana, enterrada por CCOO y el PSOE


En los años ochenta tú veías a Marcelino Camacho con el jersey de punto hecho por su mujer, y que ya le llevaría a la cárcel. O las espaldas enmarcadas por el humo de Ducados de Nicolás Redondo, y sus feroces enfrentamientos con endiosados Solchaga y Boyer, y no pensabas en que los sindicatos se quedaran una cuota para que a tu padre le llegara algo de su despido improcedente (doblemente improcedente, provocado porque la única industria de España sería el sol y Meliá, y que le den a Aragón y el metal de Huesca o Zaragoza).

Fue arrojado como inútil tecnológico de su fábrica de Malpica que pensaba que era levantada por él en parte (error derivado de que mi padre criaba en su infancia animales), que llegó a tener 1.000 trabajadores, hacía grúas de puerto y motores de submarino y era de un señor de Menorca que tenía un periódico (o la compró solamente cuando estaba hundida porque antes era de unos marinos mercantes de Bizkaia como les gusta a ellos que se escriba)… Solo faltaba que el liquidador fuera como apegado colaboracionista en los años 50 a las corridas de Dominguín con Ava Gadner y además fuera propietario de una bodega de Albariño…

Pero dónde está la productividad…

Así que reinando Felipe y haciendo su patrimonio Borbón aconsejado por Charles de Diana de Gales, escocido por la emigración forzosa de su familia a Roma donde nació, marca indeleble, mi padre fue a una asamblea precocinda al cine Pax de la plaza de la Seo conmigo (mi primera performance jurídica a los 18, a la que ya fui como actor) y le pactaron quedarse con una parte de los 51 días por año trabajado que le correspondían, al grito de que al menos salvaban 35.

Con esos otros 16, yo podría haber estudiado en Deusto o en la Universidad privada de Navarra. Menos mal que no quise…

Sus ojos estaban vidriados, lloraba por su dignidad perdida… No sólo él, los había más duros y alcohólicos… Yo vi cómo los traicionaron…

Esos zorrocotrocos sectarios metaleros de Zaragoza, los que se reían en las partidas de guiñote de barrio y sus amas de casa comprando el pescau de más de 1000 el kilo, en cada pueblo de Aragón en verano, de que ellos en GM cobraban la mitad más que los que les hacían los cigüeñales just in time en Épila.

Mientras en Pamplona, si paraba una empresa familiar de diez matriceros, el sector entero con Volkswagen de Landaben en cabeza, ordenaba la resistencia. En Mondragón, la principal empresa de distribución alimentaria, construcción de motores enormes, lavadoras, seguros… era supuestamente de los trabajadores, o si no de ELA, el sindicato del PNV… 

Y se financiaba a través de su propio sistema crediticio, les vendía viaje a sus “cooperativistas” como los del Corte Inglés arreglaban toda la vida privada de sus plantillas,… Como vimos que la Cooperativa de Guissona estuvo detrás de Bonarea, precedida del Opus económico de Vall Companys, las integradoras de porcino y vacuno de Huesca oriental y aún hoy me pregunto cómo es posible que el Grupo Costa de Fraga o los Jorge después, una parte, de los molinos eléctricos hayan podido competir con la CAI espaldada y sin Candial en Ibercaja…

Según como yo lo percibo, Miguel Ángel ha hollado bien en las causas del absentismo que la pública por réplica de la privada, padece. Otrosí le añado que afecta más a la mano de obra femenina –aunque las funcionarias no crean que son trabajadoras por cuenta ajena-, su derecho universal a la conciliación subrogada en sus padres, ese intento de que siendo madres puedan llegar a vivir como sus amigas sin hijos… A las que echan su parte de trabajo, porque a ellas nadie las sustituye…

He llegado a oír según lo pendencieras, reivindicativas, beligerantes o vagas retranqueadas en la ficha de sus funciones –y vagos y vagues- que sean que a las administraciones, que nadie rige porque no son de nadie y si lo intentan pueden ser acusados de acoso cuando estás de paso –y así nadie en la izquierda te querrá como cargo como tampoco si tenías un bar e hiciste un ERE- y grandes empresas con enormes derechos por negociación colectiva, ya les va bien pagar el complemento de la baja y no volverlas ni volverlos a ver. 

Pero tienen la cara y las espaldas de granito de la Maladeta y vuelven a entrar por la puerta aparentemente sin sufrir, pero si no, es que no están preparados porque no han superado el acoso y será otra baja más (esperemos que tiren los ansiolíticos por el wáter pero después no se puede nadar por el Sena en la prueba de triatlón).

Entretanto y con la inspección de trabajo, como la de consumo, como las de las viviendas turísticas, como la sanitaria… abrasada de trabajo o desactivada, solo le queda al empleador poner detectives privados para ver si el presunto o cierto acosado está en fiestas de su pueblo descojonándose del que tiene que asumir su responsabilidad y la suya propia, a 26 grados cada noche en Zaragoza, o preparándose oposiciones y el salto al siguiente curro o comisión de servicios. 

Que no se sabe con qué cabeza, porque están de baja por depresión e inadaptación –pero la sociedad y el cine americano les venden que pueden volver a empezar y el milagro de Calanda, a lo que yo os digo, de cojón… todo el mundo os conoce…-

Miguel Ángel, ser así está premiado. Pero todo lo que apuntas viene de tan atrás… No atribuyo la responsabilidad total a los empresarios, pero el comentario que subrayas será de una CEO o gerente, aburrida de que no se tomen medidas…

Como ir a trabajar no está valorado, es natural que el Ayuntamiento de Vitoria –como siempre Euskadi- abriera la puerta a reconocer que las hijas e hijos de los que levantaron España, los que no hemos conocido ninguna baja por depresión pero mayoría de casos de violencia de género en nuestros bloques del Barrio la Jota, el Perpetuo Socorro o San Julián en Teruel; aquellos a los que nos tuvieron para llevar dinero a nuestras familias y no sabríamos explicar a nuestros padres la causa de nuestra baja de no ser que la escayola la tengamos en el pie del embrague y no en el acelerador… sigamos yendo a educar o prestar un servicio público y privado…

Lógicamente, tienes razón y se puede ahondar en que dicho porcentaje será mayor en el sector público como estoy viendo ir a más cada año. Dado que se cobra más y se gasta menos sin ir a trabajar ni pagar tú la luz de enchegar el ordenador…

En lo que discrepo de tí es que interese más allá de los datos macro este debate en vida pequeña. Esto depende de la ética personal de cada trabajador que al final se aburre de que no tenga reconocimiento cumplir con la obligación, hasta más arriba de Tarragona de mirarse en su espejo de pundonor sin participar en los beneficios de ninguna empresa ni sistema.

Como dice Rubén Blades, entregando sus tarjetas que se quedó de cuando le nombraron, y no duró nada, ministro de Cultura de Panamá: terminada la tarea, se despide el ministro…

A este ministro no le prejubilarán para ahorrarse costes laborales con indemnización y mi 100% a los 57 años las empresas bancarias ni tecnológicas siempre rescatadas, ni jugará a guiñote ni se tomará gintonics supuestamente entre iguales con esos beneficiarios. 

Porque si paro dos años antes con los mismos años de cotización de una directora de banco que no sabía que estaba vendiendo preferentes, que le vendió un seguro a mi padre que me obligó a un juicio en Jaca para demostrar que su muerte por infarto no la había provocado yo para heredar, me joden un 18% sin que nadie sepa por qué justicia divina.

Entre tanto, día que disfrute al 100% en absentismo, equiparación que tendré con los prejubilados, inmigrantes perceptores de ayudas (antes de raza propia) y todo lo que denuncia Asamblea Nacional en Francia.

Y, oye, sin tener escoliosis o las lumbares jodidas de encofrar. Solo porque me pica un huevo.

No te digo que me lo mejores, Miguel Angel, iguálamelo… España ara con qué bueyes… (¿y Catalunya triomfant, terra de fraternidade?

Grândola vila morena…

31.07 Madrugada insomne a 27 graus. Luis Iribarren