No son buenos tiempos para analizar con calma casi nada. Ni en España ni en Europa. Pero tenemos que seguir pensando, reflexionando, trabajando por las opciones sobre las que creemos.
Ayer se aprobó la Ley de Amnistía en España para los sucesos en Cataluña buscando su Independencia. Personalmente creo que es una equivocación hacerlo así, pero lo comento sin acritud, algo que parece imposible de lograr en estos tiempo.
Lo curioso es que a la inmensa mayoría de españoles todo esto se la trae al pairo, y al resto se obcecan en dividirse entre partidarios y contrarios, pero de forma acérrima y casi violenta.
La amnistía me parece una mala solución para una mala situación, y que nunca se debería haber producido en estos términos, incluso ni admitiendo de entrada que los votos de los independentistas catalanes eran fundamentales para que gobernara el PSOE.
La Ley de Amnistía no trae la calma ni la concordia en este momento, por mucho que nos empeñemos en decirlo o en escucharlo. El juego real de Cataluña con o contra España… se juega desde otros parámetros.
Es cierto que hoy hay más calma independentista en Cataluña, aunque yo no creo que sea por cuestiones del momento, de amnistía o indultos. Las sociedades cambian, se incorporan nuevas personas a votar, salen otras por ley de vida, y se modifican las mayorías o minorías.
Incluso se cambian egoístamente las opiniones de las personas, que deciden qué es mejor o peor según cada momento histórico.
De lo único que no hay duda es de que los partidos independentistas catalanes no nos mienten, no nos engañan. Llevan diciendo muchos años que quieren la independencia de España, que todo lo demás es simplemente caminos, pasitos hacia su meta.
Y a partir de esta verdad suya, es desde donde se debería analizar las decisiones. Y construir qué se quiere lograr políticamente, y de qué manera se avanza o se retrocede. ¿Haremos otra Ley de Amnistía si lo vuelven a intentar dentro de unos pocos años?
Estoy totalmente a favor de un Indulto, que no es lo mismo que una Amnistía.
Y estoy, con calma, fundamentalmente convencido de que esto hay que explicarlo bien a todos. Las diferencias son fundamental para la convivencia, para el futuro de cualquier otra fuerza que quiera violentar la Constitución.
Entendamos que violentar la Constitución se puede hacer desde muy diversos espacios y movimientos ideológicos. E insisto entonces en poner en valor la tremenda diferencia entre Indulto y Amnistía.
¿Amnistiaremos a quien intente dar un Golpe de Estado en el futuro o a quien quiera cambiar la Constitución sin los parámetros de reforma previstos en ella?
Cataluña tiene que tener un encaja en España más histórico, pero a su vez también lo tienen que tener el País Vasco, Galicia, Andalucía y/o Aragón. Podemos fijarnos en Suiza, en Alemania, en los EEUU por poner tres ejemplos diferentes. Dese Europa se podría añadir alguno más y funcionan de distinta manera.
El Estado de las Autonomías está ya agotado, aunque a una inmensa mayoría de españoles esto les suene a chino mandarín. Pero los problemas hay que resolverlos antes de que se hayan enquistado. Y sin crear otros nuevos problemas.
Efectivamente la tremenda diferencia entre Indulto y Amnistía es que el primero se concede una vez que ya se ha juzgado y se ha dado sentencia. Y la segunda se concede sin poder demostrar inocencia o culpabilidad, sin juzgar los hechos y por ello sin saber todo el alcance de los mismos.