El terrorismo lo lleva en su nombre: TERROR. Su función es simplemente la de producir miedo en la población. Algo tan simple y fácil de alcanzar, necesita para contrarrestarlo de unos medios de análisis e investigación que son tremendos, para pelearse contra la facilidad de unos locos en crear ese TERROR.
Por ello el teatro escenificado, la selección de objetivos, la creación de ese miedo social bebe de otros parámetros diferentes de los que los ciudadanos entendemos como lógicos.
Y todo esto lo saben bien los estudiosos del terrorismo, sobre todo en España, uno de los países mejor preparados para defendernos de esta lacra que previsiblemente con las guerras actuales, volverá en pocos años.
El atentado del 11M marcó en España muchos puntos de reflexión a todos los niveles. Ya éramos un país que había sufrido tremendamente el terrorismo en casi todos los segmentos sociales que aumentan el terror.
Pero aunque ligeramente preparados para asumir el dolor, el 11M supuso un mazazo del que todavía no estamos totalmente repuestos. Ni las familias de los fallecidos y heridos, ni los madrileños, ni los españoles.
Escuchaba a un experto hablar de las nuevas ideas que por Redes Sociales escondidas se transmiten algunos ideólogos y jovenes radicales agazapados. Dan asco, pero cuidado, buscan con poco… asustar mucho.
Como es lógico no se da toda la información que tras desmantelar un grupo, se consigue. Entre ella la de conocer métodos, objetivos, modelos de organización y de comunicación.
La sociedad debe estar tranquila, pues precisamente es eso lo contrario de lo que buscan los terroristas.
Pero a su vez debemos estar atentos, saber observar, saber comunicar y confiar en que somos capaces de podernos defender. Y a la vez asumir que el concepto de CERO Riesgos, no existe en ningún lugar.