Casi nadie duda de que al ministro Grande Marlaska le han ido creciendo los problemas en su ya largo mandato, y que se ha tenido que ir comiendo muchos sapos, no siempre por una mala gestión.
En el último caso, la incapacidad manifiesta de controlar el narcotráfico en el sur de Andalucía, hay tanto escondido como lo que se nos cuenta.
Y admitiendo que esto no sirve para las familias de los fallecidos en Barbate, profesionales que estaban defendiendo el orden de todos, cumpliendo órdenes superiores cercanas mal exigidas; el problema es mucho más complejo… que entender o explicar la simple retirada de efectivos, por motivos no informados como se debe, posiblemente por imposibilidad de hacerlo sin levantar otras ampollas internas y externas.
Posiblemente el desmantelamiento de la unidad antidroga de esa zona sea uno de esos posibles secretos que nunca podremos aclarar, aunque a veces se vayan dejando piedras con detalles. Sabemos de su precariedad y su insuficiente presupuesto, sabemos de que los narcos tenían amenazadas a varias personas y su entorno, pero poco más.
Nadie dijo nunca que sea posible arreglar lo fácil, pues dentro de lo sencillo habitan vecinos complicados. Incluso países cercanos con intereses económicos que no encajan en las soluciones.
Cuando un problema se deja enquistar por presiones exteriores, se convierte en un "problemón", y si los diversos intereses se mezclan entre ellos y hay constancia de que a veces resolverlos en una zona es simplemente trasladarlos a otra, el tema se complica mucho.
He escuchado estos días decir incluso que la solución pasa por legalizar la "maría" sin darse cuenta de que tras ella está la cocaína y tremendas mafias europeas que son en realidad las que pagan a los andaluces. Las piscinas y chalet de los narcotraficantes andaluces son tonterías que dan asco, comparadas con las ganancias de traficantes de vidas que no sabemos quien son ni donde viven, que se mueven en espacios mucho má amplios que el Sur de España.
Pero mucho peor que la actual situación con los narcotraficantes, es la que va teniendo la sociedad de que no somos capaces de resolver los problemas en España y que se nos van acumulando uno encima del otro.
Eso sí es muy grave, pues afecta a la confianza en lo público.
Tratar a los ciudadanos como adultos es un buen camino que siempre da mucho miedo, pero a veces hay que comunicar mucho mejor y no tener reparo en decir verdades como puños.
También para eso están los medios de comunicación, a veces con miedo o con intereses curiosos, más en estas épocas de seria dificultad económica en los medios. Saben mucho más de lo que dicen, y sobre todo, dicen lo que quieren decir y se callan lo que se quieren callar.
Ajovín