Pero no queremos.
Sabemos cómo, incluso sabemos que sería positivo si nos lo deseamos con ganas de cumplirlo, todos a la vez, un solo día al año.
Y lo olvidamos también todos a la vez.
Somos animales aunque sepamos leer y escribir a diferencia de los chimpancés. Del resto de actitudes humanas y a su vez vitales y animales, nos parecemos bastante.
No son tiempos para seguir creyendo o no en las diferentes religiones, sino para preguntarnos si somos capaces de mejorar, y lo curioso es que siempre nos respondemos que sí, y que es positivo hacerlo. Pero nos duran horas esos buenos deseos.
Y como llevamos cientos de años haciendo lo mismo, lo mejor es seguir pensado en que ya nada nos va a poder cambiar.
Somos como somos.