Uno de los más grandes problemas de la humanidad, desde siempre, ha sido su desigualdad, las diferentes escenas humanas que propician que unas personas puedan vivir mejor que otras. Incluso mucho mejor.
Pero la desigualdad es muy compleja de medir, de entender, incluso de remediar. La desigualdad viene de una palabra que la define claramente. DES/IGUALDAD. Necesitamos tener vecinos de sociedad con los que compararnos, pues la desigualdad es simplemente ser diferentes, no ser iguales, no tener las mismas opciones.
Y solo nos sentimos diferentes, mejores o peores, si nos comparamos cn nuestros vecinos de vida, de calle, de ciudad, de país. Cuando hablamos de querer bajar las tasas de desigualdad nos intentamos engañar nosotros mismos.
Un ciudadano en España dentro de los niveles más bajos de renta, tiene más opciones de servicios públicos de todo tipo que un ciudadano de muchos países —incluso reconocidos como importantes— que sus propios ciudadanos de nivel alto.
Hablo por ejemplo de Sanidad, Justicia, Seguridad, Educación, Libertad de Expresión, etc.
Por eso al hablar de corregir la desigualdad hay que analizar bien qué queremos hacer, hacia dónde deseamos y podemos trabajar. Incluso es posible que haya personas que con una suma de servicios públicos importante, no se sienta bien en esos espacios en los que vive y desea volver a otros lugares con menos opciones de apoyo y ayuda, por otros motivos que son los que ellos consideran importantes.
Por ejemplo la convivencia en grupo, el entorno familiar, el contacto con la naturaleza, disponer de todo su tiempo sin estar atados a tener que vender o alquilar 40 horas de su vida todas las semanas, etc.
Hay ricos que mueren en el abandono y nunca son ya reconocidos. Y hay pobres (pocos, es verdad) que son recordados años después de ya no estar con nosotros. Nacemos todos de igual manera, solos y sin nada. Morimos (casi) de la misma forma todos, sin poderlo evitar. Lo que marca la diferencia es el camino intermedio.
Hoy estamos todos de acuerdo en que hay que reducir la desigualdad dentro de cada espacio social. Y se va reduciendo poco a poco, aunque la sensación sea otra. También es cierto que nada es lineal.
Si nos remitimos a la historia reciente las mejoras son brutales. Ya no existe el analfabetismo, en muchos países occidentales no hay casi hambre, los accesos a la seguridad o la sanidad son amplios pero muy desiguales ente países.
¿Trabajamos la desigualdad dentro de cada país? ¿Nos fijamos en la desigualdad entre personas de distintos países? Lo hacemos potenciando la igualdad entre sexos? ¿Y entre edades, pues en cuanto ya no eres útil dejas de tener muchos derechos que creías adquiridos?
¿Es solo el dinero el que marca los límites de la desigualdad? ¿Y la relación con tu entorno no es sumamente importante? ¿Y la seguridad de no sufrir altibajos no sería algo que se debería intentar alcanzar?