Sabemos que jugar a jodernos entre todos contra todos no lleva a ningún sitio, pero no hay mesura. Contra cada acción de uno, hay una reacción del otro. Y parece lógico, aunque sea una barbaridad tremenda.
Sobre todo porque es más grave las reacciones que los desencadenantes. Todo es muy relativo, y dentro de esa relatividad tienen mucho que ver las personas que hacen de actores protagonistas, en todos los escenarios.
Seguiremos observando, para ver di realmente estoy muy equivocado, y es todo fruto de la nada.