Nada se comporta de forma fija, todo es movible, todo se puede suspender o cambiar. Así que toca asentar bien todo lo que se va consiguiendo si queremos que cueste algo más su destrucción.
O ponemos cimientos fuertes en las leyes o en las formas, o enseguida saldrán otros por detrás que romperán lo conseguido.
Eso ha sido siempre así, pero parecemos no enterarnos. Creemos que por llegar a una meta, no saldrá otra nueva por detrás de los bosques oscuros. Sí, somos torpes.
Nota.: La viñeta de Forges publicada en El País es del año 2014.