30.8.23

Un beso, la auto censura, y el silencio de los medios cuando tocaba hablar


Posiblemente la auto censura sea de las peores formas de esas censuras que duelen, no es de las más peligrosas eso es cierto, pues siempre te la puedes saltar; pero es el inicio de otras censuras mucho peores, y de eso estoy seguro también.

La auto censura está llena de miedos de quien se la ejerce a sí mismo, y cuando uno viene de ver la censura bruta y sucia en otras décadas y cuando era joven, o de llorarla en Chile o Argentina, se da cuenta de que mal vamos, si caemos en la trampa de acobardarnos por pensar diferente.

En estos tiempos callarse es lo que está de moda. O lo que debería estar de moda, pues si opinas lo contrario a la (posiblemente mayoría) estas perdido. Te pueden quitar el coche oficial por menos de nada. Lo cual es incluso bueno.

Yo soy Presidente de dos cositas, y Coordinador de otra. Me la estoy jugando, lo sé. Pero es que si me callo, me voy a sentir peor. Y eso también lo sé.

Yo creía que era de izquierdas, ahora ya tengo dudas, pues constantemente mis colegas ideológicos olvidan que ser de izquierdas sociales…, es pensar en el internacionalismo de la Libertad, la Justicia, la Igualdad, los Derechos. Incluso empezando a defender tu propio territorio para lograr esos iconos del humanismo.

Veo a mujeres afganas que ahora ya y tras prohibirles ir a la Universidad, a la Escuela y a las Peluquerías, les impiden ir a los parques. La ONU no dice nada. O casi nada. Del beso creo que ya ha hablado.

Yo he visto en Madrid hace una semana a dos mujeres dentro de unas ropas brutales para el calor de agosto, e ir dos metros separados de su marido, por detrás y con los niños. En cuanto la hija tenía la menstruación, se tenía que tapar, pero en este caso último todavía no. Creo que la ONU todavía no dice nada sobre esto. Francia ya empieza.

En Ucrania se sigue matando a civiles, y destrozando localidades enteras como en media docena de otros países del mundo. Del hambre o de las enfermedades no hablo. Me da pena que no se haga nada al respecto. Hoy he venido de una ciudad española de tamaño mediano en donde hay decenas de personas pidiendo por la calle y casi todos jóvenes posiblemente ya irrecuperables.

Por cierto, por si no lo sabe alguien, en Madrid o en la ciudad de la que vengo hoy mismo y que me callo, la prostitución a las 10 de la mañana se puede ver en la calle, entre las tiendas de bolsos o zapaterías. 

Pero en España por un beso hemos cambiado la velocidad y en vez de hablar por toneladas de los problemas serios e importantes que afectan a las personas incluidas las mujeres, como son el hambre, la complejidad de tener una vivienda medio digna, de tener derechos en igualdad con las otras personas de su entorno, del derecho al trabajo digno…, hablamos de fotografías o vídeos en donde un hombre levanta a una mujer en el aire.

Mira, yo ya sé que ese señor es un impresentable (es decir, una persona que yo nunca presentaría a nadie de mi entorno), y lo sé desde hace años. Es curioso que no lo supiera nadie más que yo. Jodo. Y que haya jugado con muchos millones siendo lo que yo considero un impresentable (es decir, una persona que yo nunca presentaría a nadie de mi entorno).

No lo voy a defender pues sus gestos se explican muy bien. Ellos solos. Por educación, por estética y por ética. Pero puñetas, un beso en un momento de euforia entre adultos cuando todos se creían los dueños del mundo deportivo y a la jugadora que había fallado un penalti, parece un crimen que deberíamos intentar comprender, aunque lo haya hecho un señor impresentable (es decir, una persona que yo nunca presentaría a nadie de mi entorno).

Enseguida se me dirá que me calle, que yo de izquierdas nada de nada, que soy un rancio, un machirulo y un machista desde hace muchos años y que ya ni me disfrazo. Y es posible que incluso sea verdad, pues vengo de una España que es y ha sido como es y ha sido. Pero cuidado con las equivocaciones. A veces avanzar en las construcciones sin poner cimientos, nos lleva a la debilidad del edificio.

Ahora los silencios inundan el escenario del teatro. Tanto como las voces que analizan vídeos. Pero no son silencios porque no sepan qué decir, sino por que saben que si hablan es peor y serán maltratados. Por cierto de mis dos Presidencias, dejarme elegir con cuál me quedo. En las dos cobro lo mismo. Venga va, sí, la dos las mando al carajo, je je je.

Yo os lo juro, ya nunca más besaré a nadie. Por precaución, claro. Pero soy de los que piensan que tocarse es sano, que nos tocamos muy poco y que sí, efectivamente, ahora ya nadie se tiene que tocar…, si acaso uno mismo y en silencio… pues el resto nos los hemos prohibido. 

Eso mismo me opinaban los Maristas en los años 60 y en sus clases, y a mi efectivamente, nunca me tocaron. Pero sus tesis de que hay que tocarse poco, han salido ganando.

La salud mental saldrá perdiendo de esta soledad que también nos estamos imponiendo entre todos.

Julio M. Puente Mateo

Nota.: He recibido pocos comentarios como es lógico, pero me ha gustado por venir de una persona que conozco y considero formada e informada el que os dejo abajo.