Una de las pegatinas aragonesas más reconocidas en los años de la Transición es la de arriba. Está impresa en Gráficas Navarro y fue muy utilizada en las manifestaciones de aquellos años. Un grito para intentar que se nos diera la libertad más básica de todas, las de poder hablar, escribir o gritar en manifestaciones en la calle.
Recuerdo que siete meses después de haber muerto el Dictador, explosionó un camión cisterna dentro de la factoría de Butano en Utebo (Zaragoza) con 13 fallecidos y más de 30 heridos. En el funeral que se hizo en El Pilar de Zaragoza acudimos muchos ciudadanos en señal de duelo y para reivindicar más seguridad en el trabajo.
A la salida de El Pilar, nos fueron metiendo en silencio a los cientos de personas que salíamos del funeral, hacia la calle Alfonso y una vez bien metidos en esa calle acordonada, nos llegaron la policía montada a caballo y por detrás, produciendo el caso brutal de cientos de personas de todas las edades corriendo y metiéndose en los portales como podían.
A continuación unos batallones de policías iba entrando en los portales y sacando a golpes a los que se habían escondido. Según la edad te golpeaban sin más motivo, y a los que llevaban jersey o camina roja (era una tarde de junio) lo iban deteniendo y lo montaban en autocares que iban por la calle Alfonso detrás de los caballos.
El silencio era tremendo, nadie osaba gritar, era miedo por los caballos que hacían mucho ruido y los únicos gritos eran los de la policía a los que les veíamos con caras desencajadas.
Yo iba con dos amigos y me libré de los golpes de la policía al bajar las escaleras de la casa de calle Alfonso 38 (ya no existe) por llevar gafas o por ir con traje aunque tuviera 20 años. Mis dos amigos recibieron varios golpes y a uno de ellos tuvimos que trasladarlo a una casa particular de estudiantes de medicina, pues si ibas a un hospital te detenían.
Algo habrías hecho, si la policía te había pegado con las porras. Veníamos de un funeral con 13 zaragozanos muertos. Salíamos en casi silencio de El Pilar. Gritar estaba totalmente prohibido.