Lo hizo seis veces con José María Aznar y todos sabemos bien para qué. Los EEUU son grandes en poder por sus trabajos de relación con sus compañeros de viaje económico, y sus reuniones siempre exceden las relaciones normales.
Sabe mantener a sus amigos y clientes, proveedores y colegas, como cualquier Papá con todos sus hijos. Como cualquier gran empresa con los suministradores.
Y tenemos que entenderlo, pues es Ley de Sociedades.
Y tenemos que entenderlo, pues es Ley de Sociedades.
Nunca viaja el Presidente de cualquier país que visita los EEUU, en solitario. Lo importante son las negociaciones que se terminan de acordar entre los Ministros y Asesores de cada equipo.
Los presidentes Biden y Sánchez han mostrado claramente y fuerte su mucha sintonía en temas de gran calado actual como inmigración y el apoyo que puede ofrecer España a los EEUU, y la defensa de Ucrania en esa frontera imposible entre este país y Rusia. Una cosa es lo que se dice en voz alta y otra la que se habla alrededor de una mesa.
Pero sobre la mesa también ha estado el papel mundial de la OTAN, la presidencia de la UE que tendrá España en unos meses, acuerdos comerciales y militares, el calentamiento global y las transformaciones digitales que han llegado con nuevos peligros. ¿Palomares? Eso es viejuno.
Nos guste o no nos guste, las relaciones entre países se sustentan siempre en esa línea compleja de amigos desiguales.
Y ante esas dudas siempre es mejor tener amigos que enemigos, y mejor también tener amigos que tener ambiguos compañeros de viaje que se pueden hacer amigos de nuestros enemigos.
Ajovín