La Feria de Abril de Sevilla es un caso curioso de tontería nacional, no por su constitución como fiesta, pues cada uno puede y debe hacer lo que pueda y le plazca, sino por la importancia que le damos a nivel estatal.
Es una fiesta MUY privada, destinada generalmente a una sociedad con un nivel económico alto, y en la que el resto de sevillanos y sin duda de turistas o forasteros, solo pueden acudir a impregnarse de polvo y a ver un espectáculo que puede dar grima por lo que representa de división social.
De las más de 1.000 casetas que se montan en el Ferial de Sevilla, solo 15 son casetas públicas, es decir, están abiertas para todo el mundo. El resto, el 98,5%, son privadas para socios. Como es lógico las 15 que son públicas están hasta los topes de personas que desean tomarse algo.
Todas las casetas privadas están constituidas o como asociación de algún tipo o bajo la persona de un titular (las menos), y deben estar reconocidos como tales por el Ayuntamiento de Sevilla.
La entrada de nuevos socios se produce cuando alguno de los habituales se da de baja y deja hueco. Hay que tener en cuenta, además, que los derechos de un socio de una caseta pueden heredarse de padres a hijos. Si se permitiera entrar a nuevos socios en los Estatutos figura la cantidad que deben pagar a fondo perdido. Y las cuotas anuales que se tienen que pagar para ser socio.
De las más de 1.000 casetas que se montan en el Ferial de Sevilla, solo 15 son casetas públicas, es decir, están abiertas para todo el mundo. El resto, el 98,5%, son privadas para socios. Como es lógico las 15 que son públicas están hasta los topes de personas que desean tomarse algo.
Todas las casetas privadas están constituidas o como asociación de algún tipo o bajo la persona de un titular (las menos), y deben estar reconocidos como tales por el Ayuntamiento de Sevilla.
En el primero de los casos, estas casetas suelen pertenecer a grupos de amigos o familiares que deben estar registrados y que tienen unos estatutos que regulan la admisión de nuevos socios generalmente de forma complicadísima.
Estas cantidades anuales rondan entre los 600 euros a los 12.000 euros al año. Estas últimas, las elitistas, permiten tomar en la caseta lo que deseen, sin pagar nada. Lo habitual es entre 800 y 1.000 euros anuales, sin consumiciones. Como e casi todos los casos son familiares, pueden llevar a amigos puntualmente.
A esos costes hay que sumar las muchas consumiciones, el garaje o parking, los vestidos, los alquileres de coches de caballos al menos un día, las atracciones o ir a los toros.