No es bueno olvidar los pasados, pues las hemerotecas te los recuerdan. Somos dueños de nuestras decisiones en toda nuestra vida y tenemos que admitir que a veces nos podemos equivocar. Lo malo es pensar que siempre has tenido razón, aunque las razones sean tan distantes que marean. Es el caso del economista y político Ramón Tamames.
Que Ramón Tamames sea el elegido por VOX como su candidato para Presidente del Gobierno de España en su posible o imposible futura moción de censura contra el gobierno socialista suena curioso, si no fuera porque parece real y lo vemos desde el punto triste de no poder entender casi nada.
No es solo un despropósito contra Tamames, tampoco lo es solo contra VOX, mucho menos contra el PSOE que es quien gobierna, sino contra todos los que asistimos en España a derivas peligrosas, torpes, infantiles o peligrosas.
No todo vale y sin duda jugar con un señor mayor muy cabreado, que pasó desde el PCE e IU como líder madrileño a su alcaldía dimitiendo como concejal al poco tiempo, a moverse y pasearse por el CDS de Suárez, terminando ahora dudando sobre sí ser o no ser el cabeza de cartel de VOX como Presidente del Gobierno, es una jugada que le podría salir mal a todos los actores de este teatro melodramático.
Todos desde la idiotez peligrosa podemos estar deseosos de que esto finalmente suceda, de que podamos ver a Ramón Tamames, un en su momento reputado economista de izquierdas, defender los programas de la extrema derecha española contra los socialistas. Puede hacer gracia, pero gracia peligrosa.
El Congreso de los Diputados, las Cortes Generales, la Democracia en España se merecen un respeto que tanto tránsfuga absurdo y sin sentido no se tienen consigo mismos. Alguien debería explicar que por encima de las gracias e idioteces, está el respeto a la lógica, pues hay millones de españoles observando, y no siempre de forma calmada.
Una persona que ingresa en el PCE en el año 1956, que desde 1976 es miembro de su Comité Ejecutivo hasta que abandona el partido en el año 1981pero sin dejar de pertenecer a grupos afines hasta que en el año 1986 participa en la creación de IU y que en el año 1989 abandona este partido que ayuda a fundar para pasarse al CDS de Suárez, un partido de Centro Democrático y Social, no parece el ejemplo ideal para ser candidato a la Presidencia del Gobierno de España.