No todo lo que se hizo en el periodo de la Transición hacia la democracia en España se hizo bien. Uno de los errores desde la izquierda fue dejar en manos de las derechas más rancias el uso de la bandera de España, la rojigualda, por una idea no siempre correcta y mucho menos bien explicada, de que la bandera de España era sinónimo de franquismo.
La bandera de España con las dos franjas rojas sobre fondo amarillo es muy anterior a Franco, a la Dictadura, y se hizo con una idea muy clara. Debería servir para todos los sistemas de funcionamiento de España, cambiando solo su escudo si hiciera falta.
Fue en un principio una bandera de los progresistas en contra de la que había en su momento, la blanca con la cruz de Borgoña, y esta bandera actual, la roja y amarilla es la que tuvo la I República en España. El color morado de la bandera de la II República tiene que ver con Castilla y con los Comuneros, pero no con el resto de España.
Pero esto nos ha privado del uso de todos de un símbolo que otros países utilizan mucho en todos sus actos. Lúdicos, religiosos, patrióticos o de recuerdo a sus seres queridos. Es normal ver cementerios en otros países llenos de sus propias banderas.
Sorprende en las ciudades de Suiza el uso de sus banderas en sus 20 Cantones, pero sin dejar de lado su propia bandera de Suiza. pero podemos movernos por Francia o por los EEUU y veremos el uso que todos hacer de su bandera, como elemento simbólico de unión, algo que en España es imposible.
Dejar la bandera de España en manos de los conservadores y que sea utilizada como elemento diferenciador, utilizada sobre todo y precisamente en cuando más cercano se está de la dictadura de Franco, ha sido un gran error.
La izquierda, todos, deberíamos acostumbrarnos a tener la bandera de España como un símbolo compartido y además de ser histórico, ser más lógico que ninguna otra.