Me quiero referir por un momento a lo que realmente ha representado para el pueblo argentino ganar el Mundial de Futbol, mucho más que ganar unos partidos deportivos a selecciones de diferentes países.
Todas las sociedades necesitan GANAR en algún momento, sobre todo para aumentar sus autoestimas como sociedad. No gana una persona, no gano yo, sino nosotros. Y esa diferencia, que es muy importante y tiene un valor muy diferente al YO, es necesario tenerla de vez en cuando a lo largo de los tiempos.
Argentina es un país curioso y hermano en donde miles de españoles están allí por haber sido acogidos cuando en España se estaba peor que en Argentina, una sociedad que tiene complicado tener una autoestima alta.
Se sabe rico, se sabe con tremendas posibilidades de triunfar, pero en cambio por diversos motivos siempre pierde, siempre se hunde.
Sus economías son un desastre, sus políticas no las entienden ni ellos, perdieron una guerra absurda con un país muy alejado al suyo, se han empobrecido varias veces, son pobres de verdad, tanto, que el fútbol es una de las salidas para dejar de ser pobre.
Ganar a Europa, ganar a la anterior Campeona del Mundo es demostrarse así misma que ellos son tan buenos como los demás. No creo que quieran ser mejor que nadie, aspiran simplemente a ser iguales, y esa diferencia es la que precisamente le dan más opciones para ganar.
Hoy ha sido en un deporte, en el fútbol que tanto tiene de casi enfermedad colectiva en muchos países, pero para los argentinos ha representado ganarse así mismos, romper con sus malos farios y demostrarse una vez más… que son capaces de todo.
Ser pesimista no está mal, pero si dura excesivamente ese pesimismo colectivo, se convierte en enfermedad que hay que tratar con cirugía.