Los gritos de la calle siempre son interesantes de recoger, a veces incluso desgarradores, duros, fuertes, contradictorios, sangrantes. Son la voz de los que generalmente no tienen otra voz.
Este es recogido en una calle de Zaragoza. Tiene bastante razón, aunque parezca complicado defenderlo.
Menos Patria, y más Paz
En estos tiempos de globalización total, las patrias son siempre relativas. Pero defender esas fronteras supone muchas veces hambre, destrucción y muerte. Con serias dudas siempre. Los ciudadanos, las personas, somos entes tan débiles, que la "Patria" nos viene grande y nos supera, excepto porque nos dicen que es lo nuestro y tenemos que defenderla.
Yo desde Zaragoza estoy muy cerca de Francia, de Europa, creo que ya supero la docena de países visitados con calma, por Europa, África o América, y sé que las fronteras son un simple trámite, excepto que algunos quieran que se conviertan en la división entre la vida o la muerte.
¿Hay que defender lo que es nuestro? Sin duda, sin ninguna duda, y lo primero sería la vida.
El número de ciudadanos de todos los países que se mueven entre territorios por su propia libertad es cada vez más numeroso. ¿Qué es la Patria para ellos? Tal vez la convivencia con quien está cerca.