La Unión Europea, nuestros Jefes, nos solicitan limitar el uso del aire acondicionado a no menos de 25 grados y la calefacción a no ponerla por encima de los 19 grados. Y aconseja que las industrias con capacidad para ello, usen otras fuentes de energía alternativa, para aumentar las reservas gasísticas cuanto antes.
Está claro, vamos a tener un invierno frío, tras un verano excesivamente caloroso.
¿Alguien pensó en que la invasión de Ucrania no nos pasaría factura?
Tener 19 grados en invierno no es tan malo, simplemente hay que estar con un jersey. Tener en verano 25 grados cuando en la calle hace 40, es un buen alivio y se ahorra mucha energía.
Que nos adviertan de que los trenes bajan de precio y de que los transportes urbanos también, es prepararnos para decirnos que la gasolina va a subir sin control hasta no poderla pagar.
¿Podemos hacer algo diferente? Siíiiiii. Obedecer.
Es la crisis del 2022 y la veremos reflejada en los libros del colegio como ya está la de 2008 o la de 1973. Todo pasa, pero también es cierto, que todo se repita a costa de ser torpes sin capacidad de entender casi nada.