Estamos viviendo ya en un mundo mucho más inseguro, y la mejor prueba de ello han sido las Jornadas OTAN celebradas en Madrid en gritos de éxito, pero a su vez de guerras y de asuntos bélicos. Cuando se habla de que hay que defenderse, es que se reconoce que hay enemigos.
Estamos en guerra.
No seamos niños, estamos en guerra y aceptarlo no es malo pues es cierto. Estamos en guerra aunque no se quiera decir.
Guerra del Siglo XXI para todos menos para Ucrania, guerra comercial, económica, tecnológica, social, estratégica, de innovación, de tanteo, de nuevas armas, guerra de jugar a matar y a ocupar espacios en el mundo. Europa al menos está en guerra y lo sabemos todos, aunque no lo digamos.
Como en todas las guerras las mentiras son lo habitual y no dejaré de repetirlo. Ni Putin es el único culpable, ni es tampoco ningún pardillo, aunque con arreglo al resultado de "SU" guerra esté demostrando que a torpe le ganan pocos.
Y como en todas las guerras, siempre al final habrá un ganador y un perdedor.
Y de momento no tenemos ni idea nadie de quien va a ganar y quien va a perder, pues hay varias opciones, al menos más de dos.
Así que debemos preocuparnos (o no) menos de lo que ahora no dicen que toca… y más de lo que realmente nos va a ir afectando poco a poco o de forma compulsiva, pues esta guerra ha venido para durar.