España parece que nos importa un pepino a los españoles, así que sin ninguna duda: España no le importa a casi nadie. En política las formas sí importan y mucho. Que el PSOE haga cambios en sus direcciones sería lo lógico si se ven las orejas al lobo, pero insisto en lo de las formas. ¿Así es lo correcto para cambiar de conductores?
Yo me enteré —más de dos dos días antes de la reunión final— de que Pilar Alegría iba en ascenso. Mal invento este, pues yo no soy del PSOE y en teoría los Comité de cualquier partido deberían servir para reflexionar, dilucidad, votar y decidir.
Si yo me entero con tanta antelación… ¿con cuánta se han producido los cambios reales sin la necesidad de convocar Comité?
Eso sucede en todos los partidos políticos, no soy nuevo en estas lides, pero es triste y preocupante, sobre todo con la que está cayendo en forma de una desafección creciente.
Tantos cambios en tan pocas semanas desaniman a los cercanos a las decisiones si ellos no han sido tocados o al menos consultados. Alguno ha decidido hacerse el sordo y no acudir.
Que nos importe poco España, aunque digamos en los corrillos de nuevo cuño que nos importa un huevo, es una forma preocupante de comportamiento social. No vale con decirlo en Redes o ente los amigos. Hay que trabajarlo. Y sin duda, sin ninguna duda, quien dice España dice Aragón, que esa es otra.
Deberíamos empezar por templar gaitas y calmar las aguas. Por tener ideas nuevas y posibles, y mostrarnos como Grupo, como Equipo, y no como pandilla de amigos.
Ya, si lo entiendo, los que tienen que cambiar no quieren. Pues nada, seguiremos igual o peor, es lo que toca en estos tiempos, hasta que nos den dos hostias bien dadas.
Nota.: La viñeta es de El Roto para El País, del año 2016