Se recordaba hoy los iconos que hacen a la izquierda como ideología en la gestión de las ideas y de los gobiernos, alma de todo trabajo social.:
La pasión por la libertad colectiva
La obligada lucha por la igualdad social
Poder vencer el egoísmo y convertirlo en solidaridad.
En la misma intervención se admitía que la izquierda está hoy en un mal trance, que estamos muy mal vistos, que tenemos las de perder, que no hemos sabido gestionar bien ni los 15-M ni las posteriores ilusiones de cambio y rectificación. Y es posible que todo eso sea cierto y que ahora nos toque volver al desierto.
La derecha en cambio sobrevive entre ellos mismos, logran crecer entre los desencantados y además han aprendido a que si alguien no es de ellos, lo mejor es que NO SEA DE NADIE.
Hablaba hoy yo con un Diputado de izquierdas en las Cortes de Aragón sobre diversos aspectos políticos y la sensación del actual Gobierno es triste como poco, de incapacidad para evitar el despotismo ilustrado, y eso es un grave pasivo para la izquierda.
Y por ello para el Aragón que tenemos… todavía.
Sin duda admito que los problemas actuales son graves y que no tienen fácil solución simplemente porque la globalización en la política han logrado que todas las posibles soluciones parezcan iguales, vengan de donde vengan.
Esto es falso, pero se vende como un mantra para que los votantes no sepan bien a quién elegir.
Y para que opten por no elegir a nadie.
Que es la manera más sencilla de ir restando democracia entre los ciudadanos. Podríamos volver con matices al sistema griego de hace 21 siglos. Unos pocos eligen a los que eligen a otros pocos.
Y todo se queda en casa, en "sus" casas. Un Gobierno de los 350, o de los 100, o de los 20. Y eso es incluso lo que algunos desean. Que les dejemos en paz, que no les molestemos con la mierda esa de la política, que total… para qué.
Pues tranquilos, en serio, que vamos camino de eso, y lo malo es que una vez que se instaura la Oligarquía, es muy complicado revertirla.