En este finales de marzo de 2022 nos informaban del fallecimiento del protagonista de este cartel del PSUC catalán del año 1977, Luis Romero, una persona anónima para la mayoría de la sociedad catalana, que se prestó gratuitamente a posar para la cartelería de su partido político.
Ha sido uno de los carteles más reconocidos de la Transición, por su mensaje sencillo pero muy efectivo. Mi trabajo, mis manos son mi capital en un lema de un partido que en aquellos momentos era comunista. Trabajador de la construcción, luchador en la dictadura por la dignidad de los trabajadores, había aprendido a escribir en la cárcel donde había sido metido por motivos políticos.
La imagen, muy cristiana en su diseño, mostraba una imagen casi religiosa, de un posible sacerdote que se dirigía con sus manos a la gente, con un gesto de paz y de colaboración. Las fotografías los hizo Carlos Bosch, un fotógrafo argentino que había llegado a Barcelona apenas un año antes, huyendo de la dictadura argentina.
La imagen, muy cristiana en su diseño, mostraba una imagen casi religiosa, de un posible sacerdote que se dirigía con sus manos a la gente, con un gesto de paz y de colaboración. Las fotografías los hizo Carlos Bosch, un fotógrafo argentino que había llegado a Barcelona apenas un año antes, huyendo de la dictadura argentina.