Resisten los ucranianos y eso no sabría decir si es bueno o malo, desde una perspectiva de sentido común, no desde la de las lógicas de todo tipo de guerras. ¿Qué será capaz de hacer Rusia para doblegar a Ucrania, si sus procesos bélicos iniciales no funcionan como pretendía? Rusia no puede perder, pues tiene muy mal perder.
Ya circulan manuales incipientes para defenderse de un ataque nuclear. Selectivo o no, pequeño o grande. Las bombas atómicas se puede hacer del tamaño que se quiera y eso no siempre se contempla. Desde 1945 esta industria brutal y mortal sin medida, ha avanzado mucho aunque no se hayan utilizado más que en pruebas. Desgraciadamente el ser humano es tonto.
Ante una bomba atómica no se puede medir el número de fallecidos, pues muchos de ellos no mueren en el acto, sino a los días, meses o años después de su utilización. Con más de 1.600 cabezas nucleares en disposición de ser usadas, Rusia puede hacer un uso tremendamente preocupante, pues dejaría en una situación tremenda a todo el mundo y sobre todo a la OTAN. Acción = Reacción.
Hoy las bombas atómicas, posiblemente estallarían a medio kilómetro de altura sobre las ciudades, para producir un efecto de paraguas. Su capacidad directa de destrucción y muerte en el acto dependería de su tamaño, y podría ir desde centenares de metros a un par de kilómetros. Pero sus efectos mortales se multiplicarían por cuatro por la propia energía térmica. Y por 6 si estás al aire libre, a los pocos minutos u horas tras la explosión.
El primer consejo es que NUNCA hay que mirar una explosión atómica. Puede causar ceguera a decenas de kilómetros de distancia de la explosión en el aire. Se recomienda cerrar los ojos y agachar la cabeza a modo fetal como primera medida.
Y a ser posible estar dentro de un edificio, refugiarse en una habitación sin ventanas al exterior y con las puertas cerradas. Mucho mejor si es debajo de tierra, algo complicado en muchas zonas, pero puede servir un garaje, incluso una plaza urbana exterior muy encerrada entre edificios y que puede ayudar a mitigar los efectos. Dependería de la distancia a la explosión inicial.
Nos deberíamos encerrar en una habitación interior, no muy alta, mejor los pisos bajos, con agua embotellada y alimentos básicos enlatados en su interior, con una radio con pilas, una linterna con dos juegos de pilas en buen estado y sentarnos en el suelo lo más recogidos posibles.
Un baño pequeño es la mejor habitación, y dentro de la bañera y boca abajo —al menos para los niños— el lugar más seguro en ese espacio. Mejor lo más alejado del exterior y que nos rodeen paredes de ladrillos y cemento.
En esta habitación refugio deberíamos estar 24 horas si la explosión se ha producido fuera de los radios mortales y al menos 48 horas en las distancias intermedias en las que el calor es insoportable o mortal.
Un coche es un ejemplo de la peor solución posible. El cristal y el metal no sirven para protegernos. Excepto que esté dentro de un garaje, pues representa un espacio cómodo y con radio a batería, y nos protegen las paredes del edificio.
Hay que aguantar el mayor tiempo posible, sin salir fuera a buscar alimentos, y esperar escuchando las noticias, hasta que la temida lluvia atómica haya pasado.
En esta habitación deberíamos tener lo más elemental para estar dos días. Por ejemplo ropa de repuesto para cambiarse si nos ha dado el aire exterior, y un botiquín de primeros auxilios. Sonarse la nariz fuertemente, lavarse con agua pero sin rascarse aunque pique, no darse crema para que las partículas no se adhieran a la piel.
Las informaciones que podamos recibir por las radios locales son las que nos indicarán consejos y momentos en que ir saliendo. Calma, paciencia, tranquilidad y capacidad de resistencia.
Es importante esta información por radio pues nos irá indicando en qué momento se puede salir y qué hacer en ese momento, pero sobre todo qué dirección están tomando los vientos y las posibles lluvias radioactivas. Los tiempos de espera no son los mismos en todos los lugares, pues depende de las condiciones atmosféricas.
Posiblemente no funcionara la energía eléctrica, la televisión ni los teléfonos móviles. Las primeras horas son fundamentales.
Para finalizar pensar en que el yoduro potásico es una medicación que lo que hace es llenar la glándula tiroides de yodo "bueno" a los pocos minutos de haberlo tomado, y así el tiroides no absorbe el yodo radiactivo.
Esto sirve ante un escape radioactivo de poca intensidad. Pero no sirve de mucho en un ataque nuclear donde los componentes son tremendos y muy variados, y hay que buscar defenderse en el corto plazo. Y los efectos secundarios de una toma excesiva de yodo pueden ser perjudiciales.