Hoy nos importa Ucrania y los ucranianos, es lógico y humano, pero enseguida nos importará Rusia y todo su espacio geográfico, y eso será más duro. El papel de Rusia ha cambiado Europa, termine como termine el actual conflicto.
Los ucranianos habrán perdido casi con toda seguridad su libertad como país que puede determinar su papel histórico, pero Rusia no sabemos cómo quedará, quien la gestionará, qué desea transformar en sus espacios cercanos.
Tampoco sabemos qué papel jugará finalmente China, tampoco de qué manera quedarán las fronteras del Este de Europa dentro de unos meses, ni qué papel desea tener los EEUU.
No sabemos que precio tendrá el precio del oro, del Dólar o del Euro, del petróleo o de la energía o los transportes. Ni la capacidad que este conflicto ha tenido para volcar una nueva recesión sobre Europa.
No sabemos hoy quien tendrá que pagar la reconstrucción de Ucrania, de qué forma saldrá Europa de todo esto y cómo gestionaremos lo que ya era un problema con la inmigración desbocada que venía de África y que ahora ha visto moverse sus cimientos de razón o de razones con la llegada de los ciudadanos del Este.
La energía se ha removido e incluso los EEUU están ahora negociando con Venezuela para cambiar sus relaciones, en un cinismo que asombra. Posiblemente haya que mirar más hacia Iberoamérica.
Tras la pandemia y los peligros de una Globalización sin poderla controlar, viene ahora esta asunto ruso que nos vuelve a mostrar las debilidades de Europa, por no tener un espacio geográfico unido en la política y en los procesos de defensa propios.
El barullo será tremendo para intentar desmadejar todo este lío que no ha hecho más que comenzar, pues ahora solo podemos ver el dolor de las familias, de las ciudades destruidas. pero por debajo se irán fundiendo muchos más problemas estratégicos, que nos afectarán.
Incluso ya se habla abiertamente del papel de España en un nuevo concepto de Europa más hacia el Sur y el Oeste, con un papel más importante de nuestro país como punta de lanza hacia el Atlántico y África, una vez que el Oeste europeo ha demostrado unas debilidades y peligrosidades muy preocupantes.
La viñeta de Riki Blanco dice lo mismo, sin utilizar palabras.