No tenemos gusto o deseo vital por el trabajo, no es que lo veamos como un castigo —que también— sino casi como una obligación para que existan parados y jubilados. Jope en qué nos estamos convirtiendo. Se está dando la curiosa fantasmada de que algunos de los que tienen trabajo desearían disponer del desempleo como complemento a su felicidad. O se jubilan antes de tiempos por "si acaso".
Cada día hay menos personas que son felices con su trabajo, y menos todavías… que además reconozcan al trabajo como parte importante de su felicidad.
Hoy nos produce placer el consumo, la contemplación, incluso el sufrimiento de "otros", la queja y la crítica, pero el duro trabajo ni se contempla como fábrica de placer.
Y en cambio el ser humano desde su asentamiento y evolución, ha tenido el trabajo como una necesidad de "ser" de sentirse útil ante la vida. Sin trabajo no es posible ser feliz, aunque todos admitimos que "algunos" trabajos están muy mal pagados y no siempre organizados para lograr la felicidad de quien los realiza.
No es bueno generalizar, es cierto, y debo reconocer que hay personas amantes de sus labores, pero van en una disminución preocupante.
No es bueno generalizar, es cierto, y debo reconocer que hay personas amantes de sus labores, pero van en una disminución preocupante.
No somos capaces como sociedad moderna de construir personas sobre la felicidad de su trabajo y así la mediocridad como sociedad se multiplica como otro virus.
Para ser el mejor, incluso para ser bueno en lo tuyo, debes amar lo que haces, pues solo del amor surge el respeto y las ganas de mejorar.
Y hemos perdido el gozo natural del trabajo bien realizado, del respeto a tu propio puesto de trabajo, de la pertenencia a un grupo laboral que hubo un tiempo se llamaba gremio y luego oficio, para ahora ser eventual.
Mientras como sociedad no volvamos a valorar al trabajo no levantaremos cabeza. Y vendrán otros y nos empujarán al agujero.
Mientras como sociedad no volvamos a valorar al trabajo no levantaremos cabeza. Y vendrán otros y nos empujarán al agujero.
Pero si además nos pagan lo necesario por nuestro trabajo… miel sobre hojuelas. Si encima somos capaces de vivir de ello, tenemos una suerte tremenda en estos tiempos jodidos, en los que tener trabajo no es sinónimo de NO ser pobre.
Pero sobre todo debemos ser felices, así que creamos en lo que hacemos, como mejor camino para ser felices. Y tratemos de mejorar nuestras condiciones de trabajo y de vida.
Y si nos pagan o nos sueldan de forma insatisfactoria, abandonemos el lugar, la empresa, pero no la actividad si esta nos gusta. Seamos inteligentes y busquemos recambios.
Aprendamos a vivir de lo que nos gusta, que los sueldos vendrán, seguro.