Ayer estuve en una charla que daban en el barrio de La Jota de Zaragoza, un barrio populoso y de una edad media elevada, por si alguno no es de aquí. Era muy necesario que la gente hubiera venido ya que era para decirnos como poder usar el programa de Salud Informa y todo lo que se puede hacer con el programa dentro de esos problemas que muchos tenemos en la llamada Brecha Digital.
Muy interesante la App y su acceso a web, en mi familia lo tenemos todos y pensábamos que lo sabíamos usar perfectamente, pero siempre se aprende de algo más.
La pena es que estábamos seis personas, pero dos eran enfermeras del centro de salud, otra la asistente social, dos miembros del Consejo de Salud del ambulatorio y yo. De una Zona Básica de Salud con 33.000 cartillas y en una actividad que se había publicitado de forma clara.
Me sentí mal, mal por la persona que daba la charla, por que se había publicitado bastante…, pero la gente solo sabe quejarse, en las filas, en los bares cuando te encuentras con el vecino y parece que con eso lo arreglan todo.
No señores, tengamos la edad que tengamos siempre hay que estar aprendiendo, es por nuestro bien, aunque algunos piensen que es por el bien de otros.
Si todos hubiéramos sabido hacer antes las opciones que nos permite la App de Salud Informa, y si hubiéramos tenido nuestro PIN cuando sacaron la App hace 2 años, ahora no tendríamos que hacer filas.
Aunque últimamente me estoy dando cuenta que a la gente le gusta hacer filas y pasar frío, no entiendo como se puede hacer fila para entrar a un bar, o entrar a una churrería, filas de más de 40 personas. Y no digamos para sacar lotería antes de abrir el lotero.
Ahí todos junticos, ya no digo en la calle, si no en el bar o en la calle, ahí que se está sin mascarilla con la que está cayendo. Ahora… si estamos en la fila del consultorio y ahí todos son quejas. Que bien se nos está lo que nos pasa.
María Ángeles Ajovín