Lo justo parece exigible, pero a veces lo justo lo tienen ya otros, que no lo quieren soltar. Lo justo es agradable, válido, y sobre todo sirve para sobrevivir en la libertad. Así que aquellos que no quieren que seamos libres nosotros, para poder seguir siendo libres ellos, no le parece muy correcto que el reparto de lo justo, sea justo.
Buena gente, educada, elegante, con dono para convencer de que son nuestros salvadores y los que tienen razón. Como siempre hay otros peores que nosotros, con convencernos de que la culpa es de esos, ya les vale. No pueden ceder entre sus poderes, no vayan a perder el sillón y el golf. Los pobres nos quedamos con la petanca. Es cambiar hierba por tierra y grava. No es más. Ni menos.