28.9.21

Con los jóvenes tenemos que cambiar el marco mental


No es humor aunque lo parezca. no es humor aunque sea una viñeta publicada en Heraldo de Aragón por Sansón, es simplemente una fotografía que no entendemos. Estos fines de semana miles de jóvenes salen por las noches a beber a la calle, a destrozar incluso el mobiliario urbano y los comercios amparados en que solo ellos están en la calle y que las fuerzas de seguridad no pueden estar en 30 lugares a la vez. Pero no es una violencia casual, no es una gamberrada esporádica. O somos capaces de entender los motivos, o no los conseguiremos doblegar. 

Leer el texto de la viñeta y encontraremos todos las pistas suficientes. El otro día el Ministro de Trabajo hablaba de subir la edad de jubiñlación hasta los 75 años. Pero los jóvenes siguen sin encontrar su futuro, su trabajo, sus maneras de independizarse y emanciparse. Y eso parece que no tiene ninguna importancia social. Estamos tontos, literalmente no sabemos leer los problemas.

27.9.21

El Mercado, el Sistema, y los comensales de la izquierda


En el Prólogo al libro "Disputar la Democracia" del año 2014, el que fue Primer Ministro de Grecia y en ese momento líder del partido Izquierda Radical, Alexis Tsipras dejaba escrito lo siguiente.: Cuando a comienzos de los años 90 del siglo XX los mercados se encontraros a todo el mundo postrado a sus pies, dispusieron una gran mesa e invitaron a todos nosotros al festín. De los millones de comensales, muy pocos comprendieron que el menú les incluía a ellos mismos. Sus trabajos, sus pensiones, su asistencia médica, su dignidad, su futuro.


Aquella mesa, aquella comida estaba llena de festines, de alegrías, músicas, risas, fiestas. Unos pocos comensales dispuestos a tragar al bicho que se moviera más y todos los demás observando cómo se nos iban comiendo poco a poco. Nos parecía incluso lógico, nada peligroso, una parte de las migajas de aquella fiesta eterna nos las dejaban tomar en esas fiestas donde la música y el baile era para todos, y donde podíamos chupar las cabezas de las gambas que iban sobrando. Incluso nos dejaban beber vino a granel.

El libro del que hablo lo escribió Pablo Iglesias y hoy, él y Alexis Tsipras ya han sido devorados por los comensales del Sistema.

El Mercado es la parte visible del Sistema, del que no queremos conocer nada, pues incluso creemos que no existe. Son los que van a la mesa a comer, pacíficamente a comer, los que logran engañarnos. Los que acuden a comérsenos. No tienen hambre, les sobra la comida, tienen gula de ganar mas y mas y de chuparse los dedos sin servilleta. Solo es eso.

Y si aparecen locos bajitos que les increpan con inteligencia y nuevas formas de organización, todo el Sistema a través de sus Mercaderes se los van comiendo poco a poco

Siempre ha sido así, mientras que el resto observamos, aplaudimos, y a veces incluso nos reímos y nos creemos que con nuestros insultos, aplausos o gritos participamos de esa Fiesta de la Democracia que han creado los Mercaderes. 

Nunca sucede nada, pues unos se cansan, otros se agotan, algunos caen rendidos ante el brillo de los focos y cambian de bando y a otros se los comen los Gordos del Sistema con las manos grasientas y llenas de salsas fuertes.

26.9.21

¿Quién y porqué se crean contenidos gratuitos en internet? ¿Es positivo?


No podemos vivir sin internet como no podemos vivir sin los bares, los parques o los Centros Comerciales. Y como los que los alimentan y crean, los que les sacan provecho económico lo saben, tienden a quedárselo por las buenas o por las malas. Internet entre esos modos de vida que no se pueden sustituir de momento.

Hoy cada vez un poco más, internet es de pago. Parece lógico pues no todo puede ser siempre gratuito. Y en España ya se han logrado imponer los Muros de pago para periódicos y medios de comunicación, para las televisiones, para todo lo que resulta atractivo. De momento las Redes Sociales no son de pago.

Pero esto crea una división en la sociedad que de entrada parece peligrosa, aunque ya iremos viendo. Las ciudadanos se están dividiendo entre los que pagan contenidos porque pueden pagarlos, y los que no pueden pagar por los contenidos y terminan en espacios gratuitos. Que tienen un coste y que alguien paga aunque no sea el espectador.

Esta división supone también una radicalización y una posible manipulación en cuanto quieran los que realmente pagan por los contenidos que parecen gratuitos. Internet puede ya no ser pacífico, aunque tampoco parezca violento. En la sutileza está el éxito. Alguien crea de forma gratuita y solo lo puede hacer por dos motivos claros. O por altruismo y son contenidos de medio pelo como este, de gente "locaris" que creemos que se puede crear de forma gratuita sin ánimo de lucro, o bien los crean y ponen a nuestra disposición gentes o empresas (gobernadas por personas) que desean obtener algún beneficios sin que se note.

Si el beneficio es por consumo, por publicidad, pues bueno, es aceptable. Pero claro, como el sector que termina en lo gratuito es el de menos poder adquisitivo, pues la publicidad tiene un escaso rendimiento. Así que ya poco a poco y sin cesas, hay otros motivos para crear contenidos gratuitos y eso motivos ya no son tan limpios. Y hasta aquí puedo leer. Ya sé que se los imaginan. Pues efectivamente. 

20.9.21

Estoy viajando hacia Valencia. Con ganas de mear

Envuelvo y vuelvo al viaje hacia la Comunidad Valenciana tras digerirme parte de una tortilla de patata con cebolla del Mercadona que es una posibilidad bastante aceptable cuando no hay mucho tiempo. De pie, como no se debe comer nunca, excepto si eres muy necesitado. Pero con 65 años todo importa menos. Qué cómodos son los trenes y qué aventura es ir en bus por tierras de Tortosa sin saber si te van a premiar con una parada para mear. Es curioso el cómo tratan a los mayores los que solo les faltan unos pocos años. Vaciar el depósito es volver a vivir. Hacer un reset.

Los verdes de los campos ya están botella, se les ha escapado el brillo y amenazan querer convertirse en negros a poco que vayamos lentos y nos adelante la tarde que cada vez viene antes. Es septiembre.

En mi asiento de la derecha llevo a un joven de insultar por su belleza. No parece llegar a los 16 ó 17 años y tiene una figura esbelta y asquerosamente tersa. No entiendo de hombres, pero me miro la silueta de mi barriga y me entero entonces del mal que hace la cerveza en el largo tiempo. O los chorizos picantes con vino rosado de sabor. El caso es que seguro, este chaval no entiende de chorizos ni morcilla, pero se castiga con otras cosas que yo no uso. Somos de diferente generación.

La pantalla de mi iPad sigue totalmente rajada y me raspa al pasar el dedo por la S. Joder, la S, con lo mucho que se utiliza.

8.9.21

Y ahora vienen los embargos y los desahucios por la crisis


Llevamos semanas sabiendo que hay un repunte lógico del número de embargos de todo tipo, casi siempre de la vivienda habitual o de la segunda vivienda, locales, solares, naves o empresas, efecto de las secuelas de la pandemia y sus consecuencias económicas. Se han acabado los recursos, incluso después los ahorros en muchos casos, y ahora también se están acabando los meses en las demoras legales ante el pago de la deuda y se entra en una negociación para intentar salvar los muebles buscando soluciones intermedias. ¿Y la única solución son los embargos y los desahucios?

No hay que ser alarmistas, pues no ayuda en nada a las soluciones. Hay que ser, eso sí, realistas y tener algo de información, para intentar dominar las decisiones que tengamos que ir tomando. 

Ante una hipoteca no correspondida con el pago mensual tenemos varios meses de una demora negociada y dura, pero un tiempo en espera de soluciones que en este caso, ante una pandemia de excesivos meses de duración se agotan, si no intercede el propio Gobierno. Tener un asesoramiento si nos aprietan las deudas es una buena decisión. Ajena (sin despreciar esta) de la que nos puedan brindaar gratuitamente los bancos a los que les debemos.

Uno de los motivos por los que nunca, desde el primer momento, se quiso hablar ante la Pandemia de un Estado similar a una Guerra Mundial, son precisamente los componentes legales que eso conlleva dentro. 

Ha pasado en muchos casos más de un año de impago, y no hay salida a la crisis en quien ha sufrido desde ERTEs a literalmente cierre de sus pequeños negocios o una bajada muy importante en sus actividades de facturación. Y las ayudas del Estado solo pueden ser pequeñas e insuficientes para algunos sectores, pues el montante total resulta casi insoportable, excepto si nos pusiéramos a pensar en una congelación en el tiempo de todo el funcionamiento económico en cuanto a pagos y similares. ¿Pero qué institución puede soportar eso?

Las moratorias que se crearon por el Gobierno en el inicio de la pandemia, han supuesto un alivio para casi 400.000 personas que en conjunto debían más de 20.000 millones. Las que impulsó la Banca beneficiaron a 1,15 millones de deudores que debían casi 35.000 millones entre hipotecas y créditos personales. Como vemos, las cantidades son tremendas y complicadas de volver a asumir de nuevo, cuando los tiempos de demora se están acabando y la pandemia remite muy lentamente.

Las cifras de desahucios, muy bajas en el año 2020, se van a multiplicar por tres o por cuatro, creando alarma social inevitable. Y es que como vengo alarmando de forma inevitable, la enfermedad terrible pues durará una década, será económica mezclada con una pandemia que no parecemos capaces de doblegar del todo. No hay que ser alarmistas, simplemente hay que saber en qué punto estamos y tomar decisiones de futuro, entre las que debemos comprender que endeudarse ahora (mas) es un riesgo muy alto.

Pandemia (36) Ya somos enemigos de nuestros amigos


Una de las curiosas constantes de estos años de pandemia ha sido considerar a nuestros amigos de toda la vida como enemigos. Los vecinos, los familiares, los compañeros de trabajo, nuestros compañeros de colegio, los amigos de siempre pueden contagiarnos, nos dicen que debemos verlos muy poco, manteniendo con ellos una distancia de seguridad de casi dos metros, recibirlos en la calle, no estar mucho tiempo con ellos, defendernos de su presencia. Han pasado de ser amigos a enemigos, a tener capacidad para matarnos. Sin querer, pero nos han dicho que podrían contagiarnos y por ello matarnos sin que nos diéramos cuenta.

Nos hemos inventado un término que se está considerando real. Las Burbujas de Convivencia. No es bueno estar con gente externa a tu burbuja, que no debe ser mayor a cuatro, cinco personas. El reto es riesgo, enemigos potenciales, seres que nos pueden infectar, enfermar, matar.

A los abuelos los hemos dejado sin poder tocar a sus nietos, sin verlos crecer en muchos casos por sus abuelos que los necesitan para sentirse felices, sin escuchar sonreír a los niños con los abuelos. Excepto que estemos utilizando a los abuelos como los criados gratuitos para quedarse con los nietos.

Y si a los abuelos los tenemos metidos en Residencias, internos, además de sufrir la muerte de sus compañeros de edificio, han tenido que comer solos en sus habitaciones sin poder salir, y no han podido recibir visitas durante muchos meses. En algunos territorios como en Valencia, más que en otros por decisiones que nunca han tenido en cuenta los peligros psicosociales que algunas medidas estaban teniendo.

Los abuelos se han ido muriendo de tristeza, además del COVID, y no hemos sabido buscar soluciones mientras observábamos con calma que los fallecidos eran en casi todos los casos gentes mayores de 65 años, personas que ya tenían todo gastado. ¿Todo?

Efectivamente, también hemos sido enemigos de los abuelos, por decantación. Entendíamos que el COVID no era tan grave pues solo mataba a viejecicos que cobran pensiones a costa de todos. ¡¡Jodo!!

Todos estos conceptos nuevos de una sociedad en transformación pueden no tener importancia si solo duran unos pocos meses, que sin duda también la tienen. Pero si duran años la cosa se complica pues crea hábitos, comportamientos nuevos, decisiones de encerramiento social.

Ya no nos podemos tocar, no debemos besarnos. Ya no es importante el preservativo sino preguntar si toses o tienen el olfato bien. Ya no hay que abrazarse ni darse la mano, con gesticular sirve más que suficiente. No nos vemos la cara y nos presentan a los nuevos conocidos como fulanito de tal con mascarilla y que ya luego nunca más reconoceremos si algún día lo vemos sin el trapo en la cara. Ni ellos a nosotros. También es verdad, que como son nuestros enemigos, no tenemos que conocerlos mucho.

Ha crecido el consumo de televisión, de cervezas tomadas en casa, de sillones cómodos y de aperitivos de bolsa. El hogar ha vuelto a triunfar, nos hemos vuelto a meter en la cueva. Y si hemos tenido que viajar en los meses más duros, hemos visto las estaciones vacías, los trenes a medio gas y hemos observado como era muy complicado comer en restaurantes pues muchos de ellos no estaban abiertos. Era la pandemia descontrolada de medidas distintas según territorios, que ayudaban a creer por arriba que las medidas estaban para obedecerlas sin rechistar, y que ya todos eran enemigos, por si acaso.

Dicen ahora, ya en el otoño del 2021, que el teletrabajo ha venido para quedarse, no dicen durante cuanto tiempo. Que trabajar desde casa es el futuro, no dicen tampoco para qué tipo de trabajos. O dicen la tontería más imbécil de que la enseñanza desde casa funciona muy bien. Los mismos que lo dicen no se están dando cuenta de hacia dónde vamos con estas decisiones. Sin duda al empobrecimiento de la calidad, pero también a la pérdida de puestos de trabajo. ¿Teletrabajo? ¿Y para qué quiero contratar a alguien de mi ciudad si puedo contratar a un chileno o a una panameña que es más barata? ¿Enseñanza online? Con un curso en vídeo puedo atender a 250.000 alumnos sin necesidad de tener que edificar colegios.

Pero las calidades, lo que acompaña al trabajo o a la educación, de golpe, parece que no tiene ningún valor. ¿Dónde han quedado todos esos procesos de Calidad Total, de Recursos Humanos con motivación, que antes vendíamos como la panacea?

Ya compramos por internet de todo y en aumento. Hemos estado meses con muchas tiendas cerradas, con horarios restringidos, con número de personas en las tiendas que se controlaban y el resto debía esperar en la calle. Y ahora nos extraña que compremos casi todo desde el sillón de nuestra casa, con la cerveza en el vaso mientras escuchamos nuestra música preferida. ¿Quién ha provocado estos cambios?

La respuesta es muy sencilla. Había que confinarse, no teníamos otra solución, ea inevitable para evitar los contagios, etc. etc. ¿De verdad todas las medidas se han tomado de forma inteligente? ¿No había otras posibles?

¿Por qué bajaron las horas de apertura de los comercios, cuando lo lógico hubiera sido lo contrario, para provocar que menos gente estuviera a la vez dentro de ellos?

¿Cuál es el motivo de que cerraran los teatros o los campos de fútbol al aire libre, cuando el problema es de ventilación y de evitar que el virus se concentre en espacios cerrados?

¿Por qué se cerraron durante meses todos los bares con independencia de sus sistema de ventilación natural, y se cambió después de excesivos meses a permitir estar en terrazas al aire libre? ¿Porque tardamos muchos meses en darnos cuenta de los errores? ¿A nivel global?

En los trenes llegamos a cometer la tontería más tremenda que se puede uno imaginar, para no tener que limpiar y desinfectar mucho. Nos concentraban a los viajeros en mitad de un vagón, dejando el resto de vagones vacíos. Con dos cojones. Teníamos que ser los viajeros los que nos tuviéramos que ir cambiando de asiento por libre decisión, para separarnos de los otros viajeros, que sin duda, eran nuestros enemigos.

Sabemos ya, en el otoño de 2021, casi dos años después de los primeros casos, que por “contacto” no se han producido casos de contagio que sean reseñables. Y llevamos más de 220 millones de contagios contabilizados. Pero lo primero que hicimos fue aplicar medidas de NO tocar, o de utilizar decenas de sistemas de limpieza de manos y de geles para entrar y salir de cualquier lugar. Todavía se están utilizando de forma obligatoria. Y cada vez son más los científicos que avisan de que eso no sirve de nada.

Se nos dice que la mascarilla es imprescindible en todo momento. Durante más de un año la tuvimos que llevar por obligación incluso en espacios abiertos al aire libre, tipo parques o en el campo. Y a la vez se nos dice que podemos contagiarnos por la boca, por la nariz o por los ojos. ¿Nos ponemos mascarilla en los ojos? Es cierto que solo podemos expulsar virus —si ya estamos contagiados— por la boca y por la nariz, no por los ojos, pero… ¿y nadie ha pensado en colutorios o inhaladores nasales en spray que pudieran controlar o disminuir o retener la carga vírica de todos nosotros si la tenemos en la nariz o la boca?

Centramos a nivel mundial todo nuestro esfuerzo resolutivo ante la pandemia de nuestros enemigos en sacar al mercado vacunas. Y de las centenares que se iniciaron han salido media docena al mercado. BIEN. No todas con los mismos aciertos o posibilidades. Casi dos años después de iniciada la pandemia, sabemos ya que no evitan los contagios, que si acaso los disminuyen y evitar que de contagiarnos tengamos que terminar en un hospital y enfermos graves o fallecidos. Que no es poco, pero no es suficiente. No evitan el contagio de forma total.

Esta semana sabemos que en Graus (Huesca) en una Residencia de Personas Mayores con 61 internos, 30 de ellos están ya nuevamente contagiados tras sus dos dosis de vacunas puestas hace unos pocos meses. No soy negacionista, yo estoy vacunado, pero debemos seguir pensando que no somos capaces de poder defendernos bien, excepto que aprendamos a no depender de laboratorios económicos.


Nota.: Dos días después de esta entrada ya había 50 internos contagiados (de 61) y 9 trabajadores. Al menos los internos, todos ellos, con las dos dosis de la vacuna.

3.9.21

El Estado nos defrauda. ¿Quién es el Estado? ¿No somos todos?


Marsella en Francia es una ciudad muy dura, violenta en barrios que claramente tienen un significado de pobreza, de abandono y de desempleo. Sabemos los motivos que llevan a los enfrentamientos con armas blancas o de fuego, de bandas de jóvenes que se creen dueños de la calle cuando no se les ofrece nada que no sea eso mismo, sentirse arropados dentro de un grupo violento.

Durante más de 2.500 años Marsella ha sido el hogar del otro lado del Mediterráneo al que llegan los que buscan mejores futuros y nunca los encuentran. El bandidaje y el crimen del infra mundo siempre han prosperado allí, en la Francia más plural y compleja; pero a diferencia de otros lugares, sus barrios problemáticos no están en las afueras de la ciudad, sino en el corazón de la urbe.

En España empezamos a tener pequeños detalles de problemas similares. Pero la culpa —a diferencia de lo que dicen algunos políticos de medio pelo y pocos libros— no son de los jóvenes sin futuro, sino de la propia sociedad que no es capaz de dotarlos de esperanza, de educación, de trabajo y posibilidades de integración. 

La pintada de la pared es clara: "El Estado nos defrauda".

Confundimos los motivos de la violencia de los jóvenes. No se resuelve quitándolos de la calle, pues simplemente se cambiarán de ciudad. Es un problema de integración estudiada y bien programada. Las pandillas son un enorme problema para la sociedad, pero sobre todo para estos mismos jóvenes, que entran sin saber que es muy complicado salir sin secuelas de por vida de algún grave peso.

Hoy las pandillas logran atrapar a los jóvenes para atarlos con droga o con deudas, con miedos y amenazas o con secuestros mentales. El comercio de la droga se ha convertido en un lastre para ellos mismos, que a veces son robados para tener que soportar luego deudas que deben pagar con tremendos intereses a costa de acciones cada vez mas violentas. 

Estas pandillas juegan con las propias leyes, con la minoría de edad para hacer algunos tipos de delincuencia programada, con la falta de colegios o el cierre de estos, con la pobreza familiar, con el desarraigo, incluso con el hambre y la falta de recursos para poder comprar algunos elementos que los jóvenes consideran imprescindibles.

2.9.21

El Salario Mínimo SMI es una trampa en la que hemos caído en silencio


Hay veces que en la vida, lo que pedimos nos lo dan disimulando y a regañadientes, mientras se ríen por debajo. Y no nos damos cuenta de la trampa. Con el SMI Salario Mínimo Interprofesional ha sucedido esto y lo estamos tragando como posesos. Es un gran error hablar tanto del SMI por lo que supone dejar de hablar de sueldos reales y dignos. Durante décadas nadie hacía caso del SMI pero ahora parece que es la salvación. Por debajo de eso, nadie. ¿Y por encima del SMI? Pues ya casi nadie también.

De entrada es mentira el SMI. Debería ser real que por debajo de esa cantidad estimulada de forma legal, con independencia de las horas de trabajo, nadie cobrara un sueldo menor por trabajar en una empresa. Si te quieren contratar para 4 horas de trabajo al día, debería ser TAMBIÉN el SMI total lo que se cobrara. Y si les parece caro, que te contraten 8 horas al día. 

Si te quieren contratar 2 días de un mes, debería ser 950 euros lo que se cobrara, pues el SMI debería dejar de ser diario (31,66 euros al día) para ser mensual de verdad. De esa manera se suprimirían los contratos basura de pocas horas o pocos días al mes. 

Pero es que además al poner el foco en el SMI dejamos de pensar en los salarios mejorados de convenio de empresa o de sector, ya totalmente desaparecidos. Una forma maravillosa de bajar los sueldos in que apenas se note en la realidad externa a la realidad de los ingresos que disminuyen.

Ahora parece que lograr el SMI es un logro, cuando en realidad es una puta mierda aunque sea alto. Subir el nivel, el listón, supone englobar dentro de ese SMI a muchos más trabajadores de lo que deberían estar dentro del SMI.

Nota.: La viñeta es de Heraldo de Aragón, del dibujante que firma como Sansón

La política ya era aburrida en 1935


La política es aburrida, y además siempre ha sido criticada, cosas de la curiosidad humana o de la defensa personal hacia el que nos manda, hacia el que nos gobierna nuestras vidas. Es caso es que este ¿humor? de arriba es del año 1935 y ya se reconocía lo mismo que ahora nos decimos todos. Cosas que no cambian con el paso de los años.

1.9.21

No es comunismo, que no te engañen. Es defensa personal

Cuando todo sea privado, propiedad de empresas sin control que solo buscan su beneficio en un mercado duro descontrolado de los poderes públicos, de las sociedades, estaremos privados de todo y solo obtendremos lo que les venga bien a esas mismas empresas darnos, para poder seguir consumiendo y jugando a sus juegos de ganancias y pérdidas, beneficios y descontroles. Por muchas reglas que se pongan, al final esas mismas reglas las ponen los que quieren que sean de una manera determinada o con huecos para poderlas saltar por arriba o por debajo.

Suena a Comunismo, pero esa era una ideología del siglo XX y que ya demostró que no funciona. No caigas en la trampa, quejarse no es de comunistas, es de personas que desean una vida mejor y mas justa. Exigir que haya más justicia social, mejor reparto, más control de lo que mueve al mundo no es de comunistas. Debería ser de sentido común.

¿Por qué votamos siempre a los mismos? Juan Echanove


Hoy el actor Juan Echanove se hace (nos hace) una pregunta sencilla y muy interesante desde mi punto de vista, en una entrevista que le hacen en La Vanguardia.

Juan Echanove: "¿Cuándo conseguiremos que la gente no vote a su partido si ha hecho mal las cosas? Es que si no, estaremos en las mismas manos toda la puta vida. El negocio lo tienen asegurado."

Nos acostumbramos a votar por las ideologías, por lo que en un momento dado hemos creído mejor. Nos convertimos en enemigos del resto y somos incapaces de cambiar el sentido del voto. Efectivamente, no siempre es así, menos mal, pero no hay cambios tremendos en el sentido del voto. Al final son los indecisos los que cambian los gobiernos, nunca la parte de la sociedad con más conciencia e información.

En realidad debería er mucho más sencillo todo, y sucede así en otros países cercanos. Si alguien lo hace mal, si una formación nos ha engañado prometiendo lo imposible o lo que nunca quiere hacer, si los líderes han desaparecido y su lugar ha sido ocupado por otras personas… ¿por qué votamos a los mismos

Nada nos ata, pues además la ideología cambian según las personas que la ponen en gestión. No se garantiza que por llevar el apellido socialista se hagan políticas socialistas o al revés. Eso depende de muchos factores que se van modificando sobre la marcha, sin ningún respeto al votante, que es quien te ha dado el trabajo de gobernar.

Los nuevos si empiezan con debilidad no sirven, y hay que ser sinceros en eso. Y los grandes si se sienten bien atados al poder sea desde los gobiernos o desde las oposiciones estructuradas para no cambiar nada, tampoco nos sirven. Es un teatro, una pantomima, y la culpa es nuestra.

Es curiosa la situación de España, que tras el nacimiento e incluso crecimiento rápido de dos formaciones como Ciudadanos y Podemos, hayan desaparecido en poco tiempo sin ser capaces de asentar sus posibilidades. ¿Quién, qué ha hecho posible que ninguna de ellas haya logrado asentar sus opciones mientras que el PSOE y el PP incluso con sus clamorosos errores, parezcan insuperables siempre?