Pensar que el mundo es incapaz de defender al mundo y a sus ciudadanos es muy triste. Pensar que todavía no hemos sido capaces de crear mecanismos que eviten el que unos desalmados por el hecho de "tener y poseer" un país pueden hacer lo que les da la real gana con sus ciudadanos, es muy doloroso. Si llevas barbas, armas o traje, tienen muchas acciones y poder o te han puesto las religiones o los militares, ya puedes destrozar a personas sin que nada en el mundo te lo pueda impedir.
Si eres un ciudadano no, pero si representan a un país… SÍ. ¿Y cómo se diferencian?
La ONU, la OTAN, la UE —o las siglas que quieras poner aquí— no mandan nada sobre las decisiones de algunos tiranos. Pero en cambio un policía de barrio te puede pegar dos tiros si te saltas un semáforo rojo y pones cada de mala hostia en una ciudad cualquiera de cualquier país de los que llamamos civilizados.
¿Para qué sirve la ONU, la OTAN o la UE si no son capaces de sacar a unos pocos miles de personas de un aeropuerto? ¿Dónde queda el respeto humano, pero a la vez la dignidad del mundo occidental si no sabemos resolver este dilema? ¿No fuimos capaces tampoco de detectarlo a tiempo?
Ahora resulta que un país sin presidente, lleno de barbudos con rifles occidentales, impone el terror a sus propios ciudadanos metiendo a miles de personas en un descampado sin agua ni comida, miles de niños entre ellos, y los van seleccionando para buscar a… no, judíos en este caso no… para buscar funcionarios, trabajadores del Estado anterior. Y si no los encuentran le importa tres huevos.
Simplemente matan a sus familiares para que aprendan a que ser mujer y trabajar de funcionaria en un país es peligroso, si mandan los barbudos. ¡Joroba! ahora mismo me afeito. ¿Esto tiene un nombre? ¿Y de verdad el mundo mundial no puede resolver este problema, no hemos sabido crear un mecanismo capaz de resolver estos dramas con fuerzas especiales de carácter mundial que sepan defender a los ciudadanos más débiles?
Para bombardear desde el aire… enseguida nos juntamos cualquiera con mando en Plaza y en la Tele y a su vez merendamos en el despacho que corresponda poniendo los pies encima de la mesa. Pero saber sacar a miles de niños de una explanada junto a los muros de un aeropuerto… eso ya no sabemos. Igual es que no hay merienda.
Nota.: La imagen es de Juan Carlos Quinteros para El País