En la historia de la humanidad, los pequeños detalles, las acciones que a veces parecen casuales, son la que marcan el futuro durante décadas. Nadie supo ver que el Muro de Berlín iba a caer y cayó de una manera desorganizada, casi diríamos que por casualidad que se unía a la causalidad de un régimen que se había ido cociendo en sus propios desastres económicos y sociales.
Algo similar ha sucedido en Afganistán. Y durante muchos años seguiremos viendo las consecuencias de esta caída de Kabul que nadie era capaz de prever como una acción de casualidad que no figuraba en los libros de estilo militar. ¿Un país puede caer sin disparos en una semana tras más de 20 años de guerra?
A medio plazo ya no debemos preguntarnos qué podemos hacer nosotros por Afganistán, sino que será capaz de hacer Afganistán por el mundo occidental, y qué desea hacer Pakistán, China o Rusia por y con Afganistán. En esas reacciones es donde está la clave de lo sucedido.
Nota.: La fotografía es de Juan Carlos, para el diario El País.