Que España no es Una ni Grande ya no nos queda duda, si acaso en lo de Libre podemos tener algo que comentar, pero lo dejamos para otro día. El caso es que en dos meses hemos visto como el PP se hundía hasta la nada en Cataluña, para pasar a ser el adalid de las Mayorías Absolutas para toda España desde Madrid. Puede que ni lo uno ni lo otro, pero de lo que estamos seguros es de que España es muy distinta según desde donde se mire.
El análisis de los resultados de Madrid van mucho más allá de saber quién ganó y quién quedó destrozado o marcado hacia el camino de la nada. Hay que mirarlos en clave de futuro y la sociedad que vive tiempos débiles y flojos se comporta de la misma manera, débil y floja. No sabe en quién confiar.
Hace casi tres meses que Cataluña votó para tener un Presidente nuevo y elegido por los catalanes. Y casi 90 días después de aquella jornada seguimos sin tener un gobierno estable en Cataluña. Mal síntoma que se añade a sus deseos de un futuro independiente. ¿Se puede ser independiente si no se es capaz de formar gobierno en tres meses?
Las tremendas diferencias entre los votado en Cataluña y Madrid nos llevan a muchas dudas que sin aclararlas no podemos considerar a España una Grande desde su sociedad hacia Europa. Es verdad que el PP sin tener presencia importante en Cataluña o País Vasco no podrá ser un Gobierno Libre y necesitará el apoyo de la ultra derecha de VOX o de la derecha suave de Ciudadanos que parece camino de la nada. Es muy complejo gobernar España sin presencia en dos zonas tan importantes como País Vasco y Cataluña. Por eso se miman las opciones del PP en Galicia y Andalucía.
Pero desde la izquierda también hay que hacérselo mirar con calma pues los terremotos surgen de repente y los daños son ya imparables. En Madrid dos de las tres izquierdas han salido muy dañadas. Precisamente las dos que más poder territorial tiene en toda España. ¿Hacemos crecer a la que ha salido mejor parada para que se implante en todos los territorios? ¿O analizamos desde las dos izquierdas heridas qué ha sucedido para acometer cambios profundos? No hacer nada y pensar que las aguas de Madrid son solo de allí es un gran riesgo. Madrid no es Toledo o Jaén.
La democracia se asienta sobre las decisiones que de poco en poco sacan a relucir las personas, la sociedad a través de sus votos.
Así que somos nosotros los responsables de los cambios, de todos los cambios. Nos dejamos llevar por cantos de sirena de todo tipo y color y somos capaces de dar giros tremendos hasta marearnos y alcanzar la nada más absoluta. Tal vez la solución venga de nuestra parte, si nos hacemos más serios y sabemos o queremos saber elegir mejor. ¿Que a quién? Pues ese es el truco de magia. No dejarse llevar por lo que nos enseña el mago de turno, sino por lo que intuimos que es verdad y mentira.