En un edificio privado zaragozano de cuyo nombre no quiero dar pistas me enseñaron la biblioteca que tienen en un sótano inmenso lleno de salas de gran tamaño. Calculo que entre 100.000 y 200.000 libros se escondían a oscuras entre sus estanterías guardando datos de varios siglos de trabajo escribiente, pues las encuadernaciones delataban muchos libros con siglos en sus encuadernaciones.
Parte de ellos ya estaban catalogados desde hace años pero de forma analógica, con fichas en papel hasta que el bibliotecario particular falleció.
Pero después han seguido llegando miles de libros desde los mecanismos que había puestos para que no se perdieran en el limbo los que dejaban de tener dueños conocidos, y esos a falta de archivero han llegado con sus tejuelos propios o totalmente en vacío lo que complica aun mas cualquier modelo de archivo que actualice lo que llega de nuevo.
Tener 2.000 libros en una biblioteca particular es sencillo para su dueño pues la propia memoria funciona hasta más o menos esa cantidad. Pero a partir de este tamaño de biblioteca es imposible controlarla si no hay un método válido, hoy ya un sistema digitalizado.
Pero en este caso no hay nadie que lo pueda realizar lo que nos llevó a tener ante mis ojos una inmensa biblioteca casi muerta, muy bien conservada pero en cierta medida inútil pues no es nada fácil sacarle jugo.
Como además de ser privada hay constancia de que es valiosa, las personas que puede acceder a las consultas para hacer investigación son muy pocas. Tal vez en algún siglo alguien descubra este tesoro.