Cuando gobiernas cualquier situación, cualquier organización, sea desde un Gobierno político o empresarial, a veces te haces siempre una pregunta imposible de responder. ¿Debo decir TODA la verdad? ¿Qué parte de las verdades deben ser retenidas, para no producir más daño que beneficio?
Esta decisión si está amparada con la confianza en quien gestiona o gobiernan es más sencilla de tomar y sobre todo de admitir. Pero si se ha perdido la confianza en quien toma la decisiones es un drama decidir qué debes decir y qué callar, pues no hay decisión buena, fácil, válida.
Hay veces que transmitir y explicar TODO supone que entren miedos, violencias, malos entendimientos. No existe una sociedad sino muchas sociedades dentro de cada sociedad. Y por mucho que intentes explicar una decisión compleja resulta imposible, pues lo que es lógico para unas partes es ilógico para el resto. Solo cabe que se entienda la decisión desde la confianza.
Si una parte importante de la sociedad que gestionas se comportan como niños, o como desobedientes y rebeldes, o como temerosos, o como lanzados hacia lograr con violencia lo que no se logra con diálogo, debes tener en cuenta lo que se transmite pues afecta a ese grupo que puede ser minoritario en número pero mayoritario en capacidad de movimientos. Y en ese caso la verdad ocultada es para todos, también para los que se merecen toda la verdad, pero te ves obligado a medir tus palabras, tus explicaciones.
Parece manipulación y censura hacia la sociedad desde tus decisiones. Pero debes valorar todos los escenarios posibles.
Pongamos un ejemplo. Si en diciembre de 2020 se vendía como la panacea contra la pandemia una vacunación que se mostraba como la esperada solución, ante la realidad actual solo podían existir dos escenarios. Que los Gobiernos supieran que aquello iba a ser muchísimo más lento de lo que se decía y simplemente se informaba tan positivamente para transmitir optimismo pero mintiendo sobre lo que ya se sabía, o bien no se sabía que aquello iba a sufrir retrasos constantes hasta estar todo el año 2021 enfrascados con vacunaciones lentísimas lo que nos indicaría que eran unos inútiles que no se enteraban de lo necesario.