No es bueno quedar atrapado por los miedos a la pandemia, pero sí dejar respetuosamente claro que esta pandemia es muy grave y que no sabemos hacia dónde se nos irá moviendo. Desde la seriedad y la sinceridad con cada uno de nosotros, debemos asumir que esto no estaba previsto y que las decisiones globales no están funcionando, pero sin alarmismos, sino con la calma de todos nosotros para no caer en las trampas de los miedos. Nada quedará igual a como era en enero del año 2020 aunque ahora pensemos que somos capaces de volver a situaciones anteriores, o que esto no es para tanto.
En el gráfico de arriba se ve la evolución mundial de los contagios desde ese febrero de 2020 a este finales de marzo de 2021.
Quiero resaltar un punto que considero muy importante del gráfico y es esa bajada que se ha producido entre finales de enero y febrero de 2021 a nivel mundial. Y la posterior subida en la que ahora mismo estamos inmersos.
En algún momento de principios de enero 2021 superamos los 800.000 contagios al día. Y un mes después, ya con las vacunas en pleno funcionamiento lento e irregular empezamos a bajar hasta llegar algún día a poco más de 300.000 que sigue siendo una cifra muy alta pero claramente inferior.
Ayer 25 de marzo se publicaron 628.953 contagios. El día anterior habíamos tenido en todo el mundo 591.162 contagios. Cifras como vemos muy alejadas de aquellos 400.000 de media que tuvimos durante dos semanas en febrero. El virus a través de sus diferentes variables y mutaciones se nos ha vuelto más persistente, incluso con un número de personas vacunadas que no deja de crecer, sobre todo entre la población más vulnerable.
Cuando en España parecía hace dos semanas que nos podíamos relajar ligeramente con unos datos ya doblegados, empezamos a observar unas subidas tan suaves como fueron las bajas, pero que nos hacen retroceder. En Aragón por ejemplo estamos hoy igual que hace 17 días. En este periodo hemos tenido 9 días de bajadas suaves y ahora llevamos 8 de subidas suaves.
Las medidas que tomamos no son eficaces para salir de este embrollo. Insistir en darles más potencia al tipo de medidas ya tomadas es de momento lo único que parecemos ser capaces de realizar. No sabemos encontrar nuevas formas de tomar decisiones que sirvan para alcanzar cifras de contagios similares como las propuestas como objetivo.
Pero lo que está claro es que no podemos seguir eternamente así, cerrando, abriendo, presionando, con procesos de vacunación muy lentos, etc. Incluso cabe la posibilidad desde la calma y no desde el alarmismo, que si no aceleramos los procesos de vacunación se tengan que repetir procesos en personas ya vacunadas sin que se haya completado una primera vuelta.
El destrozo social está ya asegurado. Los problemas psicológicos serán importantes. El derrumbe de la economía está por valorar cuando salgamos que será entonces y solo entonces cuando de verdad veamos hasta dónde han llegado los derribos y los escombros.
Julio M. Puente Mateo