No todas las mentiras sirven para engañar, ni todas las mentiras son peores que las verdades. Ni tampoco hay que estar diciendo la verdad, nuestra verdad, en todo momento, ni mucho menos sin saber frenar el tamaño de la verdad, ni sopesar qué se quiere lograr con esa verdad que nunca"es la verdad" sino nuestra interpretación de una posible verdad.
La verdad está muy valorada y la mentira muy poco explicada y asumida. No es lo mismo la mentira que ir a joder o ir a engañar. A veces las mentiras sin llegar a ser piadosas sirven para que se vaya admitiendo la verdad dura en unas dosis programadas. Quien dice la verdad "a secas" primero se cree que el otro no se está enterando, es tanto decir que lo quiere convertir en tonto, y luego incluso quiere disfrutar con esa verdad suya, para ver cómo sufre el que la escucha.
Los que se vanaglorian de decir siempre toda la verdad no serían capaces de aguantar que se les diejra todo la verdad sobre ellos, aunque presuman de lo contrario. Sobre todo porque entonces descubrirían que la verdad que escuchan no es la única verdad posible, y que en casi todos las ocasiones son interpretaciones de alguien sobre unos hechos que se cree han sido de una forma y no de otra, de un tamaño y no de otro, con unos condicionantes y no con otros.
Incluso si ves matar a una persona no puedes decir si es un homicidio o un asesinato, y dentro de estos dos supuestos hay muy diversos grados de calificación. Así que si observas algo, sospecha que antes de hablar, igual deberías escuchar a todas las partes antes de decir que has visto una verdad.