5.9.20

Similitudes entre la Tuberculosis y el COVID-19


Era agosto de 1950, hace 70 años, cuando aparecía esta noticia sobre la tuberculosis, la llamada entonces también con los nombres de Peste Blanca o Tisis. Podemos imaginarnos que dentro de otros 70 años, en el 2090 hablarán de nuestra Gripe COVID-19 en parecidos términos. Se hablaba en ese 1950 de entre 4 y 5 millones de personas fallecidas en todo el mundo cada año y se comparaban los muertos con los acontecidos en la II Guerra Mundial.

Hasta el año 1952 que se descubre la hidracina del ácido isonicotínico, era la vacunación a veces muy deficiente el único método de intentar frenar la enfermedad junto a la pasteurización de la leche, pero ni todos los países podían poner vacunas ni todas las personas podían acceder a su utilización.

La primera vacuna sale en el año 1921 y todavía en el año 1952 se habla de una incidencia brutal. El primer medicamento surge en el año 1944 cuando se empieza a producir la estreptomicina.

A partir de 1960 van surgiendo nuevos medicamentos que acortan los periodos de la enfermedad y a partir de 1985 salen nuevas vacunas mucho más eficaces y baratas, aunque seguimos sin tener una vacuna totalmente eficaz.

Es curioso que la tuberculosos —producida por una bacteria (no por un virus)— afecta a los pulmones y sus síntomas son: Cansancio muscular. Pérdida tanto de apetito como de mucho peso.Tos intensa con sangre o esputo. Fiebre. Diarrea. Dolor intenso de pecho. Similares al del actual COVID, también se contagia sobre todo por toser y por el aire por aerosoles de la persona enferma.


La pasteurización de la leche que procedía de animales infectados de tuberculosis en vacas logró controlar en gran medida la propagación de la tuberculosis en humanos. Pero hay que recordar que esta enfermedad ha existido de siempre entre los humanos detectándose algunos casos desde hace más de 5.500 años en huesos de personas de aquellas épocas.

Todavía en la actualidad provoca más de un millón y medio de muertes cada año en el mundo, sobre todo en países pobres del Tercer Mundo. En España enferman unas 5.000 personas anualmente. Se calculan en más de 10 millones de personas infectadas todos los años. En estos momentos son más de 15 el tipo de vacunas diferentes con las que se trata la población según países sin que ninguna tenga un efecto totalmente positivo.