En estas dos últimas semanas tenemos encima de todos nosotros dos asuntos muy graves que para muchos ciudadanos pasan perfectamente a una segunda o tercera línea de preocupación. Sin valorar que realmente sin democracia fuerte y sobre todo limpia, lo que tenemos es otra cosa muy peligrosa. Nadie juega con la Democracia si no es para tumbarla o para pervertirla y aprovecharse de ella.
Las "cositas" que un Rey ha estado haciendo y que la derecha más dura está sacando a la luz sin explicar claramente por qué ahora y no antes o después, da para varios libros. Contiene tantos caminos sin explorar, tantas maledicencias y trampas, que nadie se atreve a pensar en qué acabará todo esto, por lo que lo lógico es advertir que… en nada.
Por otra parte el espionaje presunto a políticos catalanes (de momento) realizado con un programa israelí que es capaz de grabar sonido e imágenes desde tu teléfono sin saberlo y sin tenerlo en comunicación, es tremendamente digno de cualquier película de miedo si no fuera porque puede servir para la uno, lo otro y lo contrario. ¿A cuántos políticos (o personas) se ha expiado? ¿Quién lo hace y para qué? ¿Cuántos tienen esos datos, esas grabaciones, y qué están haciendo con ellas ahora mismo?
Todos damos por hecho que en este asunto tampoco se sabrá la verdad, que forma parte de las trampas normales y que estamos pillados no se sabe bien porqué compradores y para qué extorsionadores.
La corrupción ya no es simplemente robar para tener un ático o una señora de compañía, ahora es todo mucho más fino y delicado. Por eso el Rey que se traía el dinero de Suiza en billetes… está pasado de moda.