En democracia un partido político es fundamental. No hay democracia sin suficientes partidos políticos VIVOS del todo. Pero existir no quiere decir que tenga la actividad básica que necesita esa democracia para seguir estando también viva y con buena salud. Estar vivos es muchas veces: ESTAR.
Todo Partido Político y en Aragón como es lógico también, necesita una energía fija y mínima, y una consistencia suficiente.
NUNCA puede ser un Reino de Taifas dentro de lo que aparenta ser un Reino Sólido interno, pues se nota a poco que rasques con la uña sobre su superficie que no es cemento sino escayola.
La realidad es que cuando un Partido Político deja de tener suficientes espacios “de estar y gestionar”, pierde poder, y van surgiendo divisiones internas de compleja solución. Es decir, mientras sube el Partido Político, todo va bien; en cuanto baja todo se rompe a veces sin que se note mucho.
Cada pérdida de poder representativo supone un troceamiento, una disminución de sus efectivos. Parece lógico y bueno, pero no lo es, pues surge desde dentro un problema mucho mayor que no se detecta desde fuera. El empobrecimiento como organización.
Unos se van, otros se quedan, pero en esa división, disfunción que parece lógica, se produce un efecto curioso. Se radicalizan las posturas pues muchas veces los que se van son de los que más experiencia tienen, pues son los que han perdido el espacio. Y los que se quedan son los que no lo tenían antes pero aspiran a tenerlo a costa de remarcar bien sus posturas.
Y sus posturas ya no son las del Grupo Inicial, sino “las suyas” que no siempre son las que en cada momento necesita la sociedad.
La realidad es que cuando un Partido Político deja de tener suficientes espacios “de estar y gestionar”, pierde poder, y van surgiendo divisiones internas de compleja solución. Es decir, mientras sube el Partido Político, todo va bien; en cuanto baja todo se rompe a veces sin que se note mucho.
Cada pérdida de poder representativo supone un troceamiento, una disminución de sus efectivos. Parece lógico y bueno, pero no lo es, pues surge desde dentro un problema mucho mayor que no se detecta desde fuera. El empobrecimiento como organización.
Unos se van, otros se quedan, pero en esa división, disfunción que parece lógica, se produce un efecto curioso. Se radicalizan las posturas pues muchas veces los que se van son de los que más experiencia tienen, pues son los que han perdido el espacio. Y los que se quedan son los que no lo tenían antes pero aspiran a tenerlo a costa de remarcar bien sus posturas.
Y sus posturas ya no son las del Grupo Inicial, sino “las suyas” que no siempre son las que en cada momento necesita la sociedad.
Pues un Partido Político está y tiene sentido para la (su) sociedad, para la democracia como meta que debemos cuidar y mantener. No y nunca para defender las ideas o planteamientos semi particulares de cada nuevo integrante de las direcciones, aunque sean muy loables.
Se pueden volver en apariencia más plurales como organización y a su vez más verticales pues las falta espacio horizontal para moverse al ser más pequeños, pero a costa de abandonar espacios temáticos y posturas que antes se trabajaban por dirigentes que ya se han ido al espacio exterior cansados y derrotados.
Se nota enseguida, es fácil de detectar. Cuando por poner un ejemplo un partido político aragonesista deja de hablar “para TODO Aragón, para TODOS los aragoneses” se está equivocando.
Se pueden volver en apariencia más plurales como organización y a su vez más verticales pues las falta espacio horizontal para moverse al ser más pequeños, pero a costa de abandonar espacios temáticos y posturas que antes se trabajaban por dirigentes que ya se han ido al espacio exterior cansados y derrotados.
Se nota enseguida, es fácil de detectar. Cuando por poner un ejemplo un partido político aragonesista deja de hablar “para TODO Aragón, para TODOS los aragoneses” se está equivocando.
Puede ser un excelente partido político temático hacia y desde muy diversas opciones sociales; válidas y que necesitan apoyos desde la política. Pero si esos temas no interesan a TODA o a la MAYORÍA de la sociedad para la que trabaja, se está equivocando.
Si un asunto (por poner ejemplos sencillos) como el desempleo, la pobreza o la Sanidad Pública afecta al 50% de SU sociedad de una forma o de otra, si se quiere demostrar que se desea trabajar contra el desempleo y crear un territorio excelente, contra la pobreza y sus efectos nefastos sobre su sociedad, debe dedicar al menos el 50% de sus tiempos, intervenciones, manifestaciones, reflexiones a trabajar y hablar de esos temas.
Tiempo de trabajo = Sociedad a la que te diriges
Si hablamos mucho de otros temas estamos ninguneando la posibilidad de explicar a TU sociedad —la que por cierto te vota o no te vota, te da vida o te la quita— lo que crees que se debe hacer y lo que se está haciendo mal.
Si un asunto (por poner ejemplos sencillos) como el desempleo, la pobreza o la Sanidad Pública afecta al 50% de SU sociedad de una forma o de otra, si se quiere demostrar que se desea trabajar contra el desempleo y crear un territorio excelente, contra la pobreza y sus efectos nefastos sobre su sociedad, debe dedicar al menos el 50% de sus tiempos, intervenciones, manifestaciones, reflexiones a trabajar y hablar de esos temas.
Tiempo de trabajo = Sociedad a la que te diriges
Si hablamos mucho de otros temas estamos ninguneando la posibilidad de explicar a TU sociedad —la que por cierto te vota o no te vota, te da vida o te la quita— lo que crees que se debe hacer y lo que se está haciendo mal.
Diferenciarte de tu contrincante político no es hablar de temas minoritarios que ellos no tocan, sino ofrecer soluciones más creíbles de los mismos problemas de los que ellos hablan, pues son los que DE VERDAD afectan a toda la sociedad.
Julio Puente (Ajovín)