5.2.20

Si tienes dudas no preguntes. ¡Pregúntate!

Preguntar siempre es arriesgado pues a veces te pueden responder. Y puede ser que la respuesta no te guste nada. Cuando alguien pregunta es porque espera una respuesta, y a veces espera "su" respuesta, la que él cree que le corresponde, que se le debe dar. Y es entonces cuando se puede estar equivocando.

El de la pared pregunta: —¿Molesto?— lo cual es un claro ejemplo de que él ya sospecha que efectivamente molesta. Si alguien responde a su pregunta y lo hace con sinceridad lo normal es que lo que diga sea afirmativo. 

—¡Sí!, molestas e incluso mucho, tanto que hasta tú mismo te has dado cuenta.

Algunas preguntas nos las podemos responder nosotros mismos, no hay que esperar a preguntarlas y a que nos las respondan. Es más positivo y sobre todo menos cruel que nos responsamos nosotros mismos a que lo hagan los "de fuera".