Empieza una nueva España como suele suceder en los tiempos históricos donde algo de lo que se produce cambia los puntos de vista y las estrategias de todos. No es necesario a veces que este suceso sea tremendo o complejo, puede ser simplemente como en este caso el cambio de una Presidencia de Gobierno. Pero no es una más, como no la fue la de Felipe González en 1982 o la de Adolfo Suárez en 1976. Supone un cambio de marco mental que influirá en la historia de España.
La asturiana Adriana Lastra ha configurado desde la complejidad de su labor esa figura de mujer luchadora socialista y contundente, que ha marcado espacios de diálogo pero a su vez de negociación compleja y con esa necesidad de ser dura mientras sabía que mantener las esencias de la izquierda para España era el único camino posible. El trabajo que ahora queda por hacer es inmenso, tremendamente complejo y de camino largo y lento. Pero hay que intentarlo, simplemente porque… ¡¡Sí, se puede!!